Las abejas en el escenario del cambio climático
Mundo Ganadero nº 281. 2018
A estas alturas ya nadie duda de que el cambio climático ha llegado, y para quedarse. Seremos testigos de cómo algunas especies desaparecen de nuestro entorno, como se multiplican otras que hasta ahora eran poco frecuentes, cambios en la vegetación de nuestros montes y de nuestros cultivos. Y todas las especies estaremos implicadas en vertiginosas trasformaciones, para las que tendremos que adaptarnos o desaparecer. Y la abeja de la miel no va a ser una excepción. Jugando un papel prioritario, ya que se verá muy afectada, a la vez que estará llamada a desempeñar un papel fundamental en las soluciones. No en vano la abeja es la responsable de la polinización de un alto porcentaje de plantas entomófilas, o sea, las polinizadas por insectos. La apicultura es una ganadería muy especial, las abejas no afectan negativamente a las plantas, no se comen sus hojas, sus raíces o sus brotes, sino que aprovechan algo que las propias plantas les ofrecen para que las visiten: el néctar y el polen. Y las plantas producirán más néctar y más polen si las condiciones se lo permiten, pues no podemos olvidar que en la naturaleza la reproducción es una función de lujo, y nada se da por que sí. A cambio de las recompensas, los polinizadores aseguran a las plantas un mayor rendimiento reproductivo.
También es una ganadería muy especial para el hombre, y no hablamos solo del apicultor que le saca la miel, el polen, la jalea real, la cera o los propóleos. También para el agricultor, al que le polinizan muchos de sus cultivos. Y para todos nosotros, que después aprovecharemos los productos derivados de esos cultivos.
Las abejas de la miel forman colonias que, en condiciones normales, sobreviven de un año para el siguiente, y el siguiente, y así podríamos seguir. O lo que es lo mismo, forman colonias permanentes, que ahí están a las maduras, en las buenas épocas del año como la primavera o los veranos suaves, pero también a las duras, cuando llega el invierno o en nuestros tórridos veranos, cuando no hay flores a las que acudir para conseguir el alimento. Por eso tienen que aprovechar las épocas buenas para almacenar reservas de alimento en forma de miel (fuente de hidratos de carbono) y polen (fuente de proteínas), y usarlo cuando ya no hay suficiente alimento en el campo. Nosotros nos aprovechamos de esas reservas y le sacamos la miel, deliciosa y sana, o el polen, que se lo quitamos de las patas antes de que lleguen a introducirlo en las colmenas, gracias a unas simples trampas que se llaman cazapolen. Todo esto que puede parecernos simple, forma parte de complejos mecanismos de adaptación al medio, en los que las abejas han de acoplar el desarrollo de las colonias a las condiciones de cada momento. Y en ello nuestras abejas son expertas, especialmente las abejas autóctonas, las mejores adaptadas a nuestro variable y, a veces, impredecible clima.
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Monitorización de colmenas. Evaluación de poblaciones en relación con la sanidad, manejo y producción
Vida Apícola nº 207. 2018
Las poblaciones de abejas, y factores como la sanidad, el manejo y la producción, forman un conjunto de factores en el que todos se interrelacionan con el resto. Así, altas poblaciones de abejas adultas van a influir positivamente en la sanidad y la producción, e indudablemente manteniendo colmenas sanas en las que llevemos a cabo un buen manejo, estaremos creando las condiciones básicas para que las colonias puedan desarrollarse correctamente y alcanzar todo su potencial.
A todo esto, hay que añadir que las condiciones ambientales, que van a influir de una manera u otra sobre el resto de factores.
En este sentido, puede ser tan importante realizar un buen control de las enfermedades que afectan a las abejas, como disponer de apiarios bien localizados, en cutyos alrededores encontremos una amplia variedad de floraciones y un clima benigno.
Sin embargo, conseguir estas localizaciones no siempre es fácil, y dependerá de los recursos con los que pueda contar cada apicultor, mientras que en relación al control de las enfermedades sí disponemos de una mayor capacidad de decisión.
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El síndrome de despoblamiento. Pasado, presente y futuro (1) y (2)
Apicultura Ibérica nº 16 y nº 17. 2016
Desde hace bastante tiempo los investigadores que estudian la reproducción de las plantas con flores (Angiospermas) conocen el valor de los insectos como vectores de polinización.
La actividad polinizadora de diferentes especies tiene un papel fundamental en el mantenimiento de la cubierta vegetal, y en la producción de los alimentos que consumimos nosotros y nuestros animales domésticos.
Pero aunque este sea un conocimiento ya consolidado, no ha sido sino hasta hace relativamente poco tiempo, que este hecho ha sido ampliamente divulgado por los medios de comunicación de masas.
Sabemos que nuestras producciones agrícolas dependen en gran medida de la polinización por insectos. Aproximadamente un 35% de nuestros cultivos dependen directamente de estos agentes polinizadores y el 84% de las especies de plantas cultivadas están relacionadas de alguna forma con la actividad de estos insectos.
Frente a la pérdida de los polinizadores naturales, en parte debida al amplio uso que hacemos de los pesticidas y en parte debida a los cambios introducidos en las técnicas de cultivo y en la gestión del suelo, la responsabilidad de polinizar nuestros cultivos ha recaído en gran medida de una única especie, la abeja Apis mellifera.
Hace ya algunos años diferentes apicultores de varios países comenzaron a sufrir pérdidas masivas de colonias, normalmente a la salida de la invernada. Curiosamente las colmenas afectadas contenían reservas de comida, pero las abejas desaparecían total o casi totalmente. ¿Qué estaba ocurriendo? Se acuño el término “síndrome de despoblamiento” para describir estas pérdidas masivas de animales.
Podemos definir el síndrome del despoblamiento de las colonias (también conocido como “Colony Collapse Disorder” o CCD) como una desaparición súbita de las abejas de una colonia, sin que existan pistas evidentes sobre el agente o causa de dicha desaparición.
La primera pregunta que podemos hacernos es si esta desaparición o pérdida de la población de abejas es un síndrome o fenómeno nuevo, o contamos con antecedentes históricos que describan casos de pérdidas masivas de abejas en los que las causas sean desconocidas.
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Control integrado de Varroa destructor
Apicultura Ibérica nº 1: 13-24. 2014
La sanidad de las abejas es una cuestión de capital importancia para el apicultor. Las enfermedades tienen múltiples repercusiones, desde las más directas como la pérdida de abejas y colmenas (pasando por las mermas en la producción, el debilitamiento de las colonias exponiéndolas a la aparición de otras enfermedades latentes "daños colaterales") como los diferentes aspectos relacionados con el diagnóstico, los tratamientos (costes de los productos y mano de obra de aplicación, eficacia, residuos) o la prevención.
Para el profesional la resolución de los problemas sanitarios también puede tener distintos enfoques, desde el habitual tratamiento químico convencional, pasando por las medidas de manejo, hasta llegar a la selección o la lucha biológica.
En este artículo queremos abordar la lucha contra varroa desde una perspectiva amplia. Propondremos medidas para actuar sobre diferentes aspectos de la enfermedad con una visión global y con distintas medidas de lucha. Es lo que se denominada control integrado del parásito.
Cuando hablamos de control integrado nos estamos refiriendo al empleo de una serie de medidas complementarias entre sí que nos permitan mantener la población del parásito en niveles bajos, para que las colmenas puedan soportarlo sin una merma significativa de su estado productivo y sin que derive en problemas relacionados con otras patologías.
Las medidas que proponemos abarcan todas las vertientes de la enfermedad. Específicamente nuestra propuesta se basa en lo siguiente:
1. Adopción de medidas que retrasen el crecimiento de la población de parásitos en las colmenas.
2. Aplicación de pruebas de diagnóstico para conocer el grado de parasitación.
3. Empleo de tratamientos de choque cuando el grado de parasitación comience a ser una amenaza para la colmena o la producción.
4. Uso de nuevas medidas de manejo orientadas a la eliminación de mayor número posible de parásitos.
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La rentabilidad de las explotaciones apícolas
Apicultura Ibérica nº 0: 11-21. 2013
La apicultura es una actividad que, desde hace miles de años hasta nuestros días, ha tenido un gran impacto en el ser humano, ya que constituye un importante motor de desarrollo desde el ámbito económico, social y medioambiental en aquellas zonas donde se practica. De hecho, múltiples topónimos en toda nuestra geografía hacen referencia a esta peculiar ganadería, algunos ejemplos conocidos son Villemiel en Cáceres, Colmenar en Málaga o Fuenteobejuna (Fontmelaria) en Córdoba.
Como producción directa, la apicultura se encarga principal mente de producir miel, alimento legendario de innumerables propiedades y de múltiples posibilidades para la gastronomía. De la misma manera, otros productos apícolas como el polen, la cera, propóleos, jalea real o veneno también tienen múltiples aplicaciones nutricionales, sanitarias, cosméticas e industriales. Suficientes todas ellas como para escribir todo un tratado.
Más allá de los bienes materiales que 1a actividad produce, hay que destacar una serie de beneficios que la apicultura genera a la sociedad v que no se aprecian de una manera tan obvia.
En primer lugar, el incalculable valor de carácter social y cultural que tiene la actividad, en cuanto a la acumulación de saber hacer tradicional se refiere. Estas prácticas se han ido transmitiendo y mejorando de generación en generación hasta dar lugar a las depuradas técnicas actuales que permiten llevar a cabo la labor de forma eficiente.
Por otro lado, es importante destacar, que hoy día la apicultura supone una importante fuente de ingresos y de creación de empleo en todo el territorio nacional y con un enorme potencial en zonas deprimidas. Considerando que estas zonas son en su mayoría de carácter rural v dada la complicada situación económica y social por la que éstas atraviesan, este dato cobra especial relevancia.
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Usos prácticos en la alimentación de colmenas para la iniciación a la apicultura
El Colmenar nº 109: 10-25. 2013. Trabajo PDF.
Nos hemos decidido a escribir este artículo por las frecuentes consultas que recibimos sobre la alimentación de las colmenas. Sabemos que este tema está abordado en muchos libros, incluso algunos son específicos para la alimentación de las colmenas, por lo que es recomendable acudir a ellos para un conocimiento amplio del tema. Sin embargo, el artículo lo planteamos desde una perspectiva diferente, basándonos en las dudas más frecuentes que nos plantean los apicultores con poca experiencia cuando se ven en la tesitura de alimentar las colmenas y, o bien no han tenido acceso a estos libros, o lo que buscan es una solución rápida a sus dudas.
Una vez más nos encontramos con la difícil situación de intentar transmitir una información que sirva para nuevos apicultores pero que no aburra a aquellos veteranos que ya dominan el tema, la mayoría con un alto número de colmenas y con este problema superado. Por lo que trataremos de ceñirnos a resolver las dudas más frecuentes que se nos plantean y dar unas pautas sencillas y sin grandes pretensiones. Incluso en ocasiones, pueden parecer demasiado simples para aquellos que conozcan el tema, pero pueden ayudar a aquellos que se están iniciando.
Las necesidades nutricionales de las colmenas.
A groso modo y como todo animal viviente, las abejas necesitan fundamentalmente fuentes de hidratos de carbonos (azúcares) y de proteínas. Los hidratos de carbono los obtienen en forma de néctar y mielatos, y los acumulan como miel. Mientras que las proteínas las obtienen a partir del polen. De la misma manera, y una vez más considerándolo en su aspecto más amplio, los hidratos de carbonos los necesitan para conseguir energía, mientras que las proteínas les son necesarias para crecer.
Todo lo anterior es necesario para interpretar las necesidades de las abejas y actuar en consecuencia. Por ejemplo, si las colmenas están invernando sin cría o con muy poca, prácticamente le es suficiente con disponer de miel (azúcares) para mantenerse. Mientras que no podemos pensar en que produzcan cría si no disponen de proteínas, bien como polen o como un sustituto. Esto nos lleva a su vez a conocer, aunque sea de forma básica, el ciclo de las colonias de abejas y su relación con la alimentación.
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La comunicación química en las abejas: el lenguaje de las feromonas
El Colmenar 108: 5-19. 2013. Trabajo PDF.
Introducción.
Todos los seres vivos necesitan recibir información del medio en el que viven. Para obtenerla utilizan diferentes sentidos o sistemas sensoriales. Los sistemas sensoriales son necesarios, entre otras funciones, para buscar alimento, para evitar el ataque o huir de los depredadores y para buscar un compañero(a) con el que poder reproducirse. Los sentidos con los que contamos los humanos son: vista, oído, olfato, gusto y tacto.
La información que se recibe del medio gracias a los sistemas sensoriales es analizada por el centro coordinador del sistema nervioso (cerebro) y en la mayoría de los casos el animal reacciona al estímulo produciendo una determinada respuesta.
Los animales de costumbres solitarias reciben estímulos del medio en el que viven y elaboran diferentes respuestas teniendo en cuenta sus propias necesidades. Pero los animales sociales necesitan no sólo recibir información del medio que los rodea, para ellos es imprescindible recibir dicha información y además precisan poder comunicarse con sus compañeros de grupo. Esta comunicación entre los miembros de la colonia permite desarrollar respuestas grupales frente a un determinado estímulo.
Los comportamientos denominados sociales en muchos casos implican una modificación de los comportamientos individuales para adaptarlos a las necesidades de la colonia. Un ejemplo típico de adaptación del comportamiento individual a las necesidades del grupo, es la defensa comunal de la colonia por las obreras mediante el uso de sus aguijones.
Resumiendo, los animales sociales reciben diferentes estímulos (señales) del medio y de otros miembros de la colonia, y elaboran diferentes respuestas teniendo en cuenta la información procedente del medio y de sus propios compañeros.
Los insectos sociales viven inmersos en un complejo mundo químico en el que diferentes compuestos actúan como señales o pistas que determinan o modulan el comportamiento de los miembros de la colonia. Hay compuestos que son usados, por ejemplo, para localizar la entrada de la colonia, para defenderla de una agresión externa, para localizar fuentes de comida, o bien para encontrar una pareja con la que aparearse.
Los compuestos químicos que condicionan la fisiología o el comportamiento de un animal reciben la denominación de hormonas o de semioquímicos, dependiendo de su modo de acción. Las hormonas son substancias secretadas por células especializadas localizadas en las glándulas endocrinas o de secreción interna. Son producidas por un determinado ser vivo y su efecto fisiológico se produce en el mismo ser. Un ejemplo típico es la testosterona, hormona presente en mamíferos, aves y reptiles, y que juega un papel fundamental en el desarrollo de los tejidos reproductores masculinos. Los semioquímicos (el término procede del griego semion que significa marca o señal) son compuestos que intermedian entre dos seres vivos de la misma o de distinta especie. Si los dos animales son de la misma especie entonces hablamos de feromonas.
¿Cómo se comunican entre sí los miembros de una determinada colonia?, pues mediante el uso de diferentes lenguajes y comportamientos. En el caso de las abejas un ejemplo típico es el lenguaje de la danza, que utilizan las obreras para indicar a sus compañeras la localización de una fuente de alimento.
Nosotros usando un símil al lenguaje de la danza, hemos decidido denominar como lenguaje de las feromonas a las señales químicas que sintetiza un miembro de la colonia (larva, obrera, reina o zángano) y que tienen un efecto sobre otros habitantes del grupo.
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Introdución de reinas
El Comenar 106: 3-12. 2012.
La renovación de reinas es fundamental para mantener colmenas sanas y poductivas. Trabajar con reinas jóvenes es una pemisa para conseguir mayoes beneficios de nuestras abejas. La condición de la reina incide directamente en a fuerz de la colmena, el estado sanitario y la producción. Sin embargo, frecuentemente somos descuidados y no prestamos demasiada atención a renovarla con la frecuencia que es aconsejable, y nos encontramos colmenas con reinas viejas, que no se desarrollan bien y la producción es escasa.
Pero no hemos escrito este artículo para recordar que hay que renovar las reinas como mucho cada dos años. Creemos que esto ya lo sabe todo el mundo (otra cosa será que lo hagamos o no). Todo lo contrario, este artículo va dirigido a aquéllos que sí renuevan las reinas, y nuestro objetivo es resumir algunas pautas de introducción que faciliten el trabajo a la vez que aseguren, en lo posible, el éxito en la introducción de las nuevas reinas.
Los consejos que incluimos en este artículo, destinados a buscar el mayor éxito posible en la introducción de las reinas en las colonias, son la consecuencia del contacto que habitualmente tenemos con los apicultores a los que transferimos nuestras reinas. Algunos con experiencia de años introduciendo reinas y en otras ocasiones son apicultores con poca experiencia pero con muchas ganas de hacer un buen manejo en lo que se refiere a la renovación de reinas en sus colmenas.
Recordemos brevemente que tener reinas jóvenes en las colmenas tiene múltiples ventajas. La renovación de reinas es fundamental para mantener colmenas sanas y productivas. Todo ello se debe al vigor que adquiere la colonia: aumenta la puesta y la cantidad de abejas, que serán las que elevarán la producción a su vez. También se incrementa la limpieza, eliminan cría enferma, se reduce la tendencia a la enjambrazón, etc. Todas estas ventajas ya las discutimos en el artículo "la renovación de reinas" publicado en el número 58 (año 2000) de esta misma revista. Por otra parte, frente a la forma tradicional de división de las colmenas dejando que las colonias que quedan huérfanas saquen sus propias reinas, se impone la formación de enjambres a los que se les introduce una reina, acortando los tiempos y permitiendo la selección de reinas con mejor genética.
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La selección de abejas tolerantes a Varroa destructor (II)
El Colmenar 105: 5-20. 2012. Archivo PDF.
La tolerancia a varroa.
¿Qué factores determinan la tolerancia a varroa? Aunque el abanico no es muy amplio, para describirlos los vamos a agrupar en dos conjuntos: factores ambientales y de comportamiento.
En el apartado de factores ambientales se incluyen variables tales como temperatura, humedad, flujo de néctar o disponibilidad de polen. En un trabajo realizado por Moretto y cols. (1991) en Brasil los autores efectuaron un traslado de colmenas (abejas africanizadas) desde una zona templada a una fría, encontrando que la población de ácaros en las colonias se incrementó del 4 al 11%. Aunque el trabajo citado pone en evidencia la existencia de una correlación entre la población de varroa y las condiciones ambientales, en la bibliografía sobre este tema también hay ejemplos de trabajos que no encuentran este tipo de correlación. De todas formas los investigadores aceptan que la dinámica poblacional de varroa está condicionada por el medio ambiente.
En el grupo de los factores de tipo comportamental se incluyen acciones desarrolladas por las abejas que se pueden considerar como defensivas frente a varroa. Los dos más estudiados son el comportamiento de acicalamiento o “grooming” y el comportamiento higiénico que conlleve la retirada de cría parasitada. ¿Por qué especificamos que el comportamiento higiénico tiene que llevar asociado la retirada de la cría?, pues debido a que actualmente sabemos que este comportamiento es complejo y variado, y que además no todas sus formas de expresión son interesantes para la lucha contra varroa.
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La selección de abejas tolerantes a Varroa destructor (I)
El Colmenar 104: 5-14. 2011. Archivo PDF.
Un mundo sin varroa.
¿Ha soñado alguna vez como sería nuestra apicultura sin varroa?, pensamos que sería algo diferente a la actual, pero sin grandes diferencias. Hablaríamos bastante más sobre acarapis (ácaro de las traqueas) o braula (piojo de las abejas), y seguiríamos teniendo brotes de nosemosis, pollo escayolado (ascosferosis) y/o loque. Muy probablemente las virosis tendrían una menor incidencia.
Respecto a las prácticas apícolas resulta muy arriesgado aventurar si serían parecidas a las actuales o diferentes. Probablemente habría más apicultores aficionados y el manejo sería menos intensivo. Pero nuestra integración en la Unión Europea nos habría obligad de todas formas a cambiar las prácticas tradicionales y a integrarnos en un mundo globalizado.
Realmente el mundo de los sueños es un territorio algo extraño, en el que pueden coincidir y/o cohabitar nuestros mayores anhelos junto a las más grandes pesadillas.
En el ácaro varroa confluyen de alguna forma anhelos y pesadillas. Es la auténtica pesadilla de la apicultura occidental que utiliza la abeja Apis mellifera, y a la vez su erradicación es el más profundo anhelo de apicultores y también el de muchos investigadores.
Si salimos del mundo de los sueños y nos enfrentamos al mundo real, tenemos que ser conscientes de que Varroa destructor es el principal enemigo de la apicultura a escala global.
Vivimos en el mundo de la información y probablemente todos en algún momento habremos oído una frase parecida a esta: la información es poder. Si esta idea la aplicamos al campo de la patología apícola, podemos afirmar que el profundo conocimiento de un agente patógeno (enemigo) nos ayuda en gran medida a combatirlo. Por este motivo antes de ver cómo estamos aplicando el conocimiento en la lucha contra nuestro enemigo común (varroa), vamos a repasar algunos aspectos relacionados con su biología.
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El uso de la tempertura en la investigación del pollo escayolado
El Comenar 103: 15-22. 2011. Archivo PDF.
Con este artículo hemos querido retomar una enfermedad recurrente en las colmenas y que, desgraciadamente, lejos de controlarse se está incrementando en los últimos años. Se trata del pollo escayolado. No obstante, el enfoque queremos hacerlo desde los resultados que largos años de investigación nos han permitido conseguir. Concretamente nos referimos al uso que hemos hecho de la temperatura para estudiar la importancia de este factor y de otros que pueden afectar a la aparición de la enfermedad.
El pollo escayolado o ascosferosis es una enfermedad en nuestras abejas producida por el hongo Ascosphaera apis. Las esporas del hongo son ingeridas por las larvas. Las esporas germinan en el intestino y es en el momento de la metamorfosis cuando la enfermedad se desarrolla y manifiesta. En la cría afectada el hongo ataca sus tejidos y provoca finalmente la muerte y posterior deshidratación, quedando el cadáver con el aspecto típico que conocemos.
Para que la enfermedad se desarrolle es necesaria la actuación de algún estrés sobre la cría, además de haber ingerido las esporas. El principal estrés es el enfriamiento, que por sí mismo es suficiente. Pero el uso de este enfriamiento, en diferente grado, nos permitió estudiar el efecto de otros factores como la humedad, los antibióticos o la falta de polen.
Igualmente, el enfriamiento nos permitió estudiar la transmisión de la enfermedad o la eficacia (o falta de eficacia) de En cualquier caso, este artículo no va dirigido a estos factores propiamente dichos, sino al manejo que hicimos de la temperatura para poder estudiarlos.
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Colmenas con fondos de malla en clima cálido
Vida Apícola 167: 21-25. 2011
Es triste iniciar este artículo como tantos otros en años anteriores pero, por desgracia, las cosas no han cambiado mucho en los últimos tiempos. Una vez más tenemos que decir que Varroa sigue siendo el principal o uno de los principales problemas sanitarios de la apicultura española y del resto del mundo. De hecho, en lugares como Brasil, donde la abeja africanizada era capaz de sobrevivir al parásito sin necesidad de tratamientos. se está produciendo un cambio en las relaciones entre parásitos y abejas que está obligando al tratamiento para evitar la pérdida de colmenas.
De la misma manera, tenemos que seguir hablando de otros efectos negativos que conlleva Varroa. Estamos hablando del uso de los tratamientos químicos para el control del ácaro:
• Seguimos hablando de la aparición de resistencias por parte del parásito a los tratamientos empleados.
• Seguimos hablando del riesgo de aparición de residuos en la miel cuando no son aplicados adecuadamente.
• Cada vez se nos hace más preocupante la falta de tratamientos autorizados para el control de Varroa, hasta el grado de que actualmente empieza a ser complicado conseguir una alternancia eficaz de tratamientos autorizados, y las perspectivas de que aparezcan nuevas moléculas para este fin no son muy halagüeñas.
• Ahora hemos de sumar las voces cualificadas que alertan de un alto nivel de residuos en las ceras que pueden ser una causa de la reducción de vitalidad de la cría y las abejas adultas, siendo otra probable causa de despoblamiento de las colmenas.
Podríamos seguir dibujando la apremiante situación del empleo de lo, tratamientos químicos para el control de Varroa, hasta que la situación parezca dantesca y seamos acusados de alarmistas y catastrofistas, aunque nada más alejado de nuestra intención. Sólo analizamos la situación y buscamos propuestas alternativas que puedan compaginarse con los tratamientos convencionales, con los tratamientos alternativos y/o con una forma de producción integrada.
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La Enjambrazón
El Colmenar 102: 24-31. 2011. Archivo PDF.
Importancia biológica de la enjambrazón.
La forma de perpetuarse en el tiempo de todas las especies animales es la reproducción. Estamos acostumbrados a una idea de reproducción basada en la unión de un macho y una hembra de una determinada especie.
En el caso de las abejas el acto reproductivo también consiste en la unión de varios machos (zánganos) con una hembra (reina). Pero al ser un animal social que vive en colonias, lo realmente importante desde un punto de vista reproductivo es que una colonia pueda originar una o varias colonias hijas. La enjambrazón natura es el procedimiento mediante el que se reproducen (dividen) las colonias de abejas, es decir, es el sistema de propagación de Apis mellifera.
Este mecanismo biológico se desarrolla principalmente en primavera. Un grupo de obreras y zánganos que puede suponer hasta el 60% de los efectivos de la colonia abandona la colmena junto con la reina progenitora. En la colmena original queda la nueva reina (hija) que se fecundará en los vuelos nupciales.
En muchos casos en una colonia no se produce un solo enjambre, sino que con posterioridad a la salida del primero (el más numeroso) quedan en la colonia realeras en desarrollo, de las que nacerán un cierto número de reinas. Si la primera que nace elimina a sus hermanas antes de que nazcan, la colmena se estabiliza y no se producirán enjambres secundarios. Pero en el caso de que nazcan varias reinas, algunas se marcharán de la colonia con una parte de los efectivos, lo que determina la formación de otros enjambres denominados secundarios. Estos enjambres están formados por un número pequeño de obreras y reciben la denominación de jabardos o jabardillos
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Manejo de materiales de riesgo procedentes de las colmenas
El Colmenar 100: 5-14. 2010. Archivo PDF.
Con el término de "materiales de riesgo" nos queremos referir a aquellos restos que proceden de las colmenas que frecuentemente tenemos que eliminar y, en ocasiones, pueden ser un auténtico riesgo en la transmisión de las enfermedades. Las cuestiones que nos planteamos son tales como ¿Cuáles son? ¿En dónde radica su peligrosidad? ¿Cómo manejarlos? y ¿Cómo eliminarlos? También queremos tocar otros que, sin ser peligrosos, pueden generar situaciones delicadas, como podría ser el caso de los cuadros después de extraer la miel.
Decir que todo lo que incluimos en estas líneas son circunstancias con las que nos hemos enfrentado a lo largo de los años que llevamos trabajando con las abejas. Sin duda, algunas les serán familiares. A muchos de ustedes otras les parecerán muy simples. En cualquier caso, nos conformamos con aportarles algunas ideas para superar estas situaciones.
El primero de los casos podría ser el de los cuadros viejos, ya muy oscurecidos, que deben ser retirados de las colmenas. El color oscuro nos indica que en sus celdillas se han criado muchas generaciones de larvas y la probabilidad de que en ellas queden esporas de pollo escayolado o loque se incrementa.
La situación puede ser más peligrosa si en esos cuadros hay polen almacenado, pues es buen reservorio para esas enfermedades. Si además quedan restos de miel, aumenta la atracción para las abejas, que acuden a estos cuadros para buscar alimento. Por supuesto, es claro el riesgo de que si los cuadros están contaminados, las abejas acaben llevando esas enfermedades a sus colmenas. Pero existe un riesgo añadido que procede del roce entre las abejas, pues se transmiten enfermedades víricas a través de los pelos que se parten en la pelea por tomar alimento.
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La mejora genética en la apicultua (II)
El Colmenar 98: 5-13. 2010. Archivo PDF.
Introducción.
La primera parte de este artículo se centró en la descripción de genotipo y fenotipo, así mismo resaltamos la importancia del medio ambiente. También describimos las características genéticas cualitativas.
Con esta segunda entrega completamos este repaso a la mejora genética describiendo la genética cuantitativa y los fundamentos de un programa aplicable en apicultura.
Genética cuantitativa.
La mejora genética animal tal y como la conocemos actualmente es una actividad que comenzó a perfilarse con los trabajos de Robert Bakewell (1725-1796), un agricultor inglés que aplicó la técnica de división de labores a la cría de ganado, realizando selecciones y matanzas selectivas. En esta época el talento del criador era realmente el que determinaba el avance genético (mejora) que se podía conseguir. Como curiosidad citamos que Bakewell fue el primer ganadero en alquilar animales para servir de sementales.
Vamos a dar un gran salto en el tiempo desde el siglo XVIII al siglo XX y vamos a volver a las características cuantitativas, como por ejemplo “producción de miel”.
Estudiar e intentar mejorar características resultado de la expresión de un amplio grupo de genes con efecto aditivo, era una tarea ardua y muy difícil de abordar en los inicios del siglo XX. De hecho la mejora animal estaba algo estancada y necesitaba del desarrollo de nuevas metodologías y tecnologías.
En esta época Ronald Fisher (1890-1962) y Sewall Wright (1889-1988) sentaron las bases teóricas de lo que actualmente conocemos como genética cuantitativa. Esta rama de la genética estudia caracteres continuos (ej. producción de polen), con valores variables, que están determinados por muchos genes y en los que el ambiente suele tener también una gran influencia. Fue Jay Laurence Lush (1896-1982) quien comenzó el desarrollo de los programas de mejora genética animal basados en los estudios de Fisher y Sewall. En sus comienzos la genética cuantitativa tuvo el hándicap de falta de capacidad de cálculo, pero el desarrollo de los ordenadores permitió que esta nueva tecnología de mejora se comenzase a aplicar.
En el desarrollo de la genética cuantitativa la mejora en la precisión en los controles realizados a los animales (rendimientos) y el conocimiento exacto de la genealogía, fue de tanta o más importancia que la evolución de la capacidad de cálculo de los ordenadores.
Si traducimos a un lenguaje más simple la idea expresada en el párrafo anterior, resulta que es necesario tener un máximo cuidado en la toma de los datos y conocer perfectamente el parentesco (quién es hijo(a) de quién), para que un programa de mejora basado en genética cuantitativa sea realmente efectivo.
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La mejora genética en la apicultua (I)
El Colmenar 97: 5-12. 2010. Archivo PDF.
Introducción.
Las abejas al igual que cualquier otro animal doméstico pueden ser mejoradas en diferentes características interesantes para los apicultores, por ejemplo, producción de miel o de polen.
Para realizar esta mejora cualquier apicultor profesional o aficionado no tiene por qué saber nada de estadística, ni tener unos avanzados conocimientos de genética. Pero para averiguar cómo lo puede hacer tendrá que esperar algo. Lo mejor que puedes hacer, estimado lector, es seguir leyendo hasta el final de la segunda entrega de este artículo para averiguarlo. No pienses que los autores de este artículo somos algo pícaros o torturadores, es que si lees todo el artículo te podrás plantear de una forma más clara lo que quieres y/o puedes hacer.
Antes de seguir es bueno plantear una primera cuestión clara y rotunda: no hay una fórmula simple y fácil de aplicar en un programa de mejora, todo trabajo requiere un esfuerzo continuado y perseguir unos objetivos concretos. Es absurdo cambiarlos una y otra vez, de nada sirve trabajar para seleccionar algún carácter de las abejas y a los pocos años marcarnos otros objetivos diferentes.
En cualquier caso, tenemos que asumir que seleccionar nuestras mejores abejas supone un pequeño trabajo adicional para el apicultor.
Tradicionalmente los ganaderos han seguido un criterio claro para mejorar su ganado y con un ejemplo se puede entender. Si el ganadero “A” quiere incrementar la producción de leche de sus vacas, va a seleccionar su(s) mejor(es) productora(s) de leche para ser inseminada(s) por un macho que a su vez es hijo de una vaca buena productora de leche. En otras palabras, para mejorar la característica “producción de leche” voy a elegir como padres y madres a los mejores animales que tengo. Esta forma clásica de realizar una selección recibe el nombre de “selección masal”.
¿Podemos aplicar la selección masal a nuestras abejas? La contestación a la pregunta es un rotundo sí. Pero como nuestras abejas son un ganado algo particular, es necesario realizar algunas puntualizaciones.
En una colmena hay una reina y un número variable de obreras (nos olvidarnos por el momento de los zánganos) y vamos a suponer que queremos seleccionar la característica “producción de miel”. Si recordamos el ejemplo anterior sobre mejora de la característica “producción de leche” es obvio que seleccionamos un animal, pero en el caso de las abejas la mejora en la “producción de miel” es consecuencia de la actividad de la reina y las obreras. Primera condición: hay que evaluar de alguna forma a la reina y las obreras. Si en la producción de miel consideramos que las importantes son las obreras, nos estamos olvidando de que la reina es la portadora de la genética (características) de la colonia.
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El síndrome de pérdida de colmenas en otoño/invierno
El Colmenar 96: 5-12. 2009. Archivo PDF.
Para un ganadero, que se le murieran cada año el 25% de las vacas, las ovejas o los cerdos; sería una situación insostenible.
Probablemente haría años que su explotación habría desaparecido. Pero aún más grave sería si el ganadero considerara esas pérdidas como algo "normal". Pues bien, desgraciadamente esa es la situación de muchos de nosotros, que nos autopersuadimoes pensando "en primavera las recupero".
Aunque es cierto que el censo de colmenas se puede recuperar con relativa facilidad la siguiente primavera si se dan buenas condiciones, también lo es que cuantas menos colmenas se pierdan, menos tendremos que recuperar, y que no se nos olvide añadir la larga lista de perjuicios y tareas que la pérdida implica. Sin ir más lejos, limpiar y recuperar las cajas, seguramente perder la cera atacada por la polilla y limpiar y recuperar los marcos, y el futuro trabajo de volver a llenar la caja con todo lo que eso implica de trabajo y de reducción del aprovechamiento de las floraciones más tempranas.
En esta entrega queremos reflejar situaciones reales con las que nos encontramos todos los días cuando nos llaman los apicultores pidiendo consejo y, haciendo un ejercicio de humildad, otras que nosotros mismos hemos sufrido por errores de manejo. Sin duda, estas últimas son las más interesantes, porque el seguimiento es continuo y nos ofrece mayor información.
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El sexo en el mundo de las abejas
Vida Apícola nº 157: 18-24. 2009.
A pesar del sugerente título de este artículo, la determinación del sexo en nuestras amigas las abejas no tiene ningún aspecto controvertido y también carece de morbosidad o de salsa picante, por lo tanto es muy difícil que encontremos alguna referencia a este tema en uno de los muchos programas de televisión que se dedican a la prensa rosa o al periodismo amarillo. Aunque carezca de interés para los medios de comunicación, la biología de la reproducción y de la determinación del sexo en Apis mellifera, es un tema que apasiona a muchos investigadores.
Todos sabemos que la sexualidad es una cuestión básica en la biología de los animales, además también somos conscientes de que la diferenciación sexual, es decir, desarrollarse como macho o como hembra es un proceso fundamental de la vida tal y como la conocemos.
En Biología hablar de reproducción es algo muy normal y bastante natural, para nosotros los humanos es básico conocer los ciclos vitales de los animales beneficiosos y perjudiciales, y la sexualidad (reproducción) es un aspecto muy importante del ciclo vital de un determinado ser vivo.
Al hablar de este tema al igual que ocurre cuando se habla de cualquier otro en el ámbito científico, utilizamos diferentes términos que a veces no son muy conocidos. Como resultaría muy engorroso describirlos uno a uno, para solventar este posible problema vamos a intentar usar los menos posibles, y en el caso de que sea necesario su uso intentaremos hacer en cada caso una breve aclaración del mismo.
Para abordar el tema de la sexualidad es conveniente comenzar por algo conocido. Por lo tanto vamos a comenzar usando a nuestra especie (Homo sapiens) como ejemplo básico, para después describir como es la determinación del sexo en Apis mellifera.
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La defensa de las abejas frente a la enfermedad
El Colmenar nº 95: 20-30. 2009. Archivo PDF.
La gripe porcina o gripe del cerdo es una enfermedad infecciosa de plena actualidad. Aunque se sepa que la transmisión de un agente patógeno entre especies diferentes (en el presente caso el cerdo y el hombre) no es un proceso que ocurra muy a menudo, en este caso ha ocurrido. En medio de todo el revuelo mediático que se está produciendo es importante recordar que la gripe porcina no suele afectarnos, aunque estemos en contacto con animales enfermos.
Gracias a los medios de comunicación sabemos que actualmente se está propagando por todo el planeta un brote conocido como cepa H1N1, que está poniendo a prueba nuestros sistemas sanitarios.
Realmente desconocemos cual va a ser la evolución de este brote de gripe de origen porcino, su virulencia puede permanecer estable en el tiempo, puede disminuir o en el peor de los casos puede aumentar. Pero su actualidad la vamos a utilizar para hacer una revisión acerca de lo que sabemos sobre el sistema inmune de las abejas, y la forma en la que nuestros queridos insectos se enfrentan a los agentes patógenos y la enfermedad.
Una idea preliminar que tenemos que tener muy presente es la siguiente: todas las evidencias apoyan el hecho de que vivir en grupos incrementa el riesgo de transmisión de las enfermedades.
Para cualquier agente patógeno, ya sea un virus, bacteria, hongo, artrópodo, etc. un lugar físico en el que se concentren muchos miembros de una determinada especie es idóneo para su transmisión. Por este motivo una colmena es el lugar ideal para la transmisión de cualquier agente patógeno que afecte a las abejas. También por este motivo cuando nuestra especie se enfrenta a una pandemia, la primera medida que tomamos es limitar en lo posible las actividades que concentren en un mismo lugar una gran cantidad de personas.
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Marcos, piquera y fondos
El Colmenar nº 94: 31-40. 2009. Archivo PDF.
A veces pensamos que las mejoras en la apicultura vienen asociadas a grandes descubrimientos, investigación puntera con las más modernas técnicas o materiales para trabajar de última generación, y dejamos atrás detalles cotidianos o pequeños cambios que pueden ser auténticas revoluciones en nuestro trabajo diario.
Un buen ejemplo para muchos de nosotros fue descubrir el manejo de las pinza ("sacacuadros" o "alzacuadros"). Después de haber trabajado durante muchos años con la espátula, nos encontramos con unas simples pinzas que nos facilitan el manejo de los cuadros. Las pinzas estaban ahí desde antes. En cambio, algunos tardamos en descubrirlas.
Este artículo va sobre pequeñas cosas, que las observamos a diario y no le prestamos atención, hasta que un día nos damos cuenta del valor que pueden tener.
Concretamente nos vamos a centrar en los marcos, los fondos y las piqueras. No nos queremos parar en aspectos históricos, tamaños y medidas, que pueden consultarse en cualquier libro, el objetivo son los detalles que habitualmente no se encuentran en esos libros. Además, las argumentaciones que exponemos pueden ser debatidas y compartidas o rebatidas, por lo que agradeceríamos cualquier opinión que nos enviasen a través del correo electrónico.
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El envejecimiento de las abejas: abejas de verano y abejas de invierno
El Comenar nº 93: 40-51. 2009. Archivo PDF.
La longevidad o duración de la vida y más específicamente el proceso de envejecimiento, es una cuestión que ha interesado al hombre desde la más remota antigüedad. Diferentes civilizaciones a lo largo de nuestra historia humana han buscado antídotos al envejecimiento, como el “elixir de la eterna juventud” o diferentes fórmulas magistrales (no vamos a tener en cuenta los cosméticos y sus campañas publicitarias) que nos permitiesen retrasar el envejecimiento y/o vivir más tiempo.
Si queremos estudiar como modificar un proceso lo primero que tenemos que hacer es conocer ese proceso. Por lo tanto para poder detener o ralentizar los procesos o efectos del envejecimiento, primero tenemos que conocer cómo y porqué se produce, y luego tendremos que buscar las soluciones o los posibles tratamientos.
En el mundo de las abejas existen grandes diferencias en la longevidad de reinas, obreras y zánganos.
Al consultar la bibliografía disponible observamos que diferentes autores dan valores algo distintos, pero podemos hacer una generalización. Las reinas pueden vivir entre 1 y 5 años, mientras que las obreras típicamente viven entre 4 y 6 semanas en verano, y más de 6 meses en invierno. En un ambiente controlado
las obreras pueden llegar a vivir más de 10 meses. Para los zánganos se admite una vida media de 60 días, aunque algunos autores incrementan esta longevidad hasta los 90 días.
Estas diferencias en la longevidad de nuestras queridas abejas han atraído el interés de varios investigadores que trabajan sobre los procesos de envejecimiento. ¿Por que?, la contestación es relativamente sencilla: las reinas y las obreras son hembras que proceden del mismo tipo de huevo pero con un importante factor de diferenciación, el tipo de alimentación. Sabemos que una larva de menos de 2 ½ días es totipotencial, es decir, puede evolucionar como reina o como obrera, su destino depende del tipo y cantidad de alimento recibido. ¿Curioso no?
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Un caso de despoblamiento
El Comenar nº 91: 8-18. 2008. Archivo PDF.
En los últimos tiempos el "síndrome de despoblamiento de las colmenas" se ha convertido en un problema sanitario de primer orden. A veces de forma justificada, en otras no, se le ha endosado a este "síndrome" el origen de la muerte o la debilidad de muchas colmenas, sin que las circunstancias estuviesen del todo claras, e incluso ha servido, en algún caso, para encubrir una mala práctica de manejo en el colmenar.
Nosotros queremos presentar nuestro particular caso de despoblamiento, "sufrido" y seguido día a día sobre un grupo de colmenas de nuestro apiario. Además, por las consultas que nos hacen sabemos que no somos los únicos que nos hemos encontrado estas circunstancias en el colmenar, y es posible que alguno de ustedes puedan ver reflejada esta situación en sus propias colmenas.
Son múltiples las causas que se han considerado como posibles orígenes del despoblamiento: Nosema ceranae, carencias alimentarias, otras patologías, como varroa o el dado a conocer como virus de la parálisis israelí, incluso algunas más peregrinas como cuando escuchábamos en las noticias un posible efecto debido a los campos electromagnéticos generados por los teléfonos móviles.
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Reproducción de colmenas a través de paquetes de abejas
El Comenar nº 90: 5-12. 2008. Archivo PDF.
La multiplicación de colonias
por medio de paquetes
de abejas es una técnica
que no está muy difundida
en España , a diferencia de
países como Canadá y Estados
Unidos, donde han desplazado
a los convencionales núcleos,
generando una floreciente
industria y una alternativa
que brinda numerosas ventajas
productivas, sanitarias, de
manejo y económicas. En este
artículo abordamos un método
fácil y práctico para formar
los paquetes y su posterior
transferencia a una colmena.
Disponer oportunamente con
una óptima población de abejas
en el inicio del flujo de
néctar y tener en poco tiempo
-entre 4 y 8 semanas- una
cámara de cría con marcos
recién labrados y una reina
nueva fecundada, son algunas
de las utilidades que el apicultor
puede obtener al reproducir
sus colmenas por medio de
los paquetes de abejas.
El paquete cuenta con la destacada
característica de minimizar
el riesgo de transmitir
enfermedades ya que en las
crías y en los panales que las
albergan disminuye considerablemente
la difusión de
esporas, bacterias, hongos y
otros patógenos. El desarrollo
es rápido y fácil de controlar,
puede rendir una cosecha en
forma inmediata con buena
producción, el traslado es sencillo,
su estructura asegura
una ventilación adecuada y
con simplicidad se le puede
proveer el alimento necesario.
El paquete de abejas además
de utilizarse para la
reproducción también tiene
fines sanitarios; pero al ser
diferentes los objetivos también
hay variaciones en el
tamaño y la técnica de realización, entre otras.
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Aspectos aplicados del ciclo biológico de varroa y de su dinámica estacional
El Colmenar nº 88: 18-27. 2007. Archivo PDF.
Desde hace ya décadas el parásito varroa es uno de los principales problemas sanitarios de la mayor parte de la apicultura occidental, y lo cierto es que, a pesar de los enormes esfuerzos y recursos que se están invirtiendo a nivel internacional, el problema sigue muy presente y sis perspectiva de solución a corto plazo. En este sentido, las principales cuestiones están relacionadas con:
La pérdida de abejas, y si no tratamos, de las colonias completas. Esto se debe a la acción expoliadora del parásito, alimentándose de la hemolinfa de las abejas adultas y de la cría y, lo que es más importante, transmitiendo otras enfermedades, fundamentalmente víricas (parálisis crónica y aguda, etc), pero también bacterianas como las loques, fúngicas como el pollo escayolado, etc. Existe, además, una acción colateral, provocando debilidad en las colonias y propiciando la aparición de otras patologías.
La frecuente aparición de resistencias de varroa a los productos usados en los tratamientos está generando también graves problemas: por una parte la persistencia de alta parasitación en las colmenas tratadas, y por otra el incremento de los costos económicos y de trabajo invertidos en un tratamiento ineficaz, que probablemente estaremos obligados a repetir si no queremos perder las abejas. El problema de la resistencia de varroa a los tratamientos deriva de la capacidad natural del parásito a adaptarse, pero se ha visto frecuentemente acelerada por el mal uso de los productos disponibles o una inadecuada preparación artesanal.
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Los órganos de los sentidos de las abejas (1): ojos y antenas
El Colmenar nº 87: 13-26. 2007. Archivo PDF.
Nuestras abejas están provistas de sistemas sensoriales que les permiten analizar su entorno vital. A veces resulta un tanto difícil comprender como funcionan dichos sistemas ya que en muchos casos nosotros establecemos comparaciones con nuestros propios órganos de los sentidos. Por ejemplo, los ojos de las abejas son desde un punto de vista estructural bastante diferentes a los nuestros, pero las dos especies (humanos y abejas) los utilizamos para un mismo fin: conocer mediante imágenes el mundo que nos rodea.
En el caso de las antenas la cosa se complica algo ya que nosotros carecemos de órganos de este tipo, y por este motivo a veces resulta algo complicado conocer para que utilizan las abejas sus antenas o que sentidos radican en estas estructuras.
Antes de continuar queremos hacer una advertencia y una recomendación al posible lector. Aunque hemos intentado explicar algunas cosas de forma clara y sin recurrir a muchos tecnicismos, en algunas ocasiones no ha sido posible. Por este motivo si el lector se siente algo “perdido” le recomendamos seguir leyendo y dejar atrás aquello que no entendió o que le resulta complicado de “ver”.
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Diagnóstico de varroa
El Colmenar 86: 12-20. 2007. y Vida Apícola 143: 36-43. 2007
Lejos de mejorar, la situación que está provocando varroa en nuestras colmenas no cesa de generar preocupaciones, cuando no es por el riesgo de que aparezcan residuos de los tratamientos en los productos de las abejas, es porque se detectan resistencias del ácaro a los tratamientos acaricidas, o por el daño que provoca el parásito en las colmenas, sin descartar que varroa pueda ser un origen indirecto de algunos de los casos de los que achacamos al “despoblamiento”.
Sea cual sea la circunstancia que nos preocupa o, lo que es más probable, todas ellas a la vez, lo cierto es que tenemos que ser conscientes de que en el control de este parásito nos jugamos una parte importante del futuro de nuestra apicultura.
Con ello no queremos decir que actuemos a la desesperada, atiborrando las colmenas de tratamientos por si les diera por fallar. Entre otros motivos porque, probablemente, acrecentaríamos aún más algunos de los problemas anteriores. Todo lo contrario, la mejor forma de lucha y la más racional es actuar con conocimiento y, en gran parte, este conocimiento se basa en estar al tanto del estado de parasitación de las colmenas y tomar medidas a su debido tiempo.
Por otra parte, alguna vez hemos escuchado comentarios como: “yo por sistema trato las colmenas 3 ó 4 veces todos los años, tengan o no tengan varroa” o “escuché que a Manolo le había fallado el tratamiento en sus colmenas, así que por precaución he vuelto a tratar otra vez las mías”. Pero también son habituales otras situaciones como “el mes pasado mis colmenas estaban limpias y ahora están hasta arriba de varroa”, o con frecuencia nos asalta la duda “si sólo veo algunas varroas en las colmenas, trato o no trato”.
Enlace para acceder al trabajo (El Colmenar) --(PDF)-- Enlace para acceder al trabajo (Vida Apícola)
El comportamiento de apareamiento en la abeja de la miel
El Colmenar nº 85: 32-40. 2007. Archivo PDF.
El comportamiento reproductivo de los animales es un tema ampliamente estudiado en biología. No obstante hay que decir que aunque conocemos las pautas reproductivas de animales representativos de todos los grupos importantes, sabemos poco o muy poco en el caso de la gran mayoría de especies que viven con nosotros en el planeta Tierra.
Dejando a un lado a los vertebrados (ej. Mamíferos o Aves) y centrándonos en los insectos es bastante normal en muchas especies, como son los casos de las conocidas cigarras (Hemípteros) y los saltamontes (Ortópteros), que los machos busquen formas (ej. colores o comportamientos) de incrementar sus atractivos para las hembras y de esta forma verse favorecidos en la elección que ellas realizan. Pero en el caso de las abejas esta regla no se cumple. Que sepamos, un zángano no despliega un color o un comportamiento que haga que una hembra se fije especialmente en él y que lo prefiera frente a posibles competidores.
Además y para empeorar la cuestión, la literatura suele describir a los zánganos como animales perezosos, glotones y ociosos. Es decir, desde nuestro punto de vista son animales que no muestran ningún atractivo y menos sexual. Pero a las reinas les gustan.
Probablemente y revindicando la figura del zángano hay que decir que debemos de cambiar nuestra visión de estos machos. Seguramente es más adecuado pensar que nuestros zánganos son animales activos, con una frenética vida en la que buscan desesperadamente hembras receptivas con las que poder aparearse. Aunque repito que su imagen clásica está muy lejos de lo frenético o de una búsqueda desesperada.
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Naturaleza de Andalucía
Tomo 6. Fauna Terrestre (I.S.B.N. 84-88409-31-1)
Capítulo 6º. Los Invertebrados y su relación con el hombre: Apicultura
La relación de la abeja de la miel (Apis mellifera L.) con las plantas es un factor fundamental para la conservación y recuperación de la naturaleza. A esa relación nos hemos sumado nosotros, obteniendo grandes beneficios sin tener que aportar demasiados esfuerzos.
El vínculo, y más concretamente el aprovechamiento de la abeja de la miel por el hombre está registrado desde el 7000 a.C. (Mesolítico) como se puede observar en la Cueva de la Araña en Bicorp (Valencia) o en las montañas de Drakensberg (Sudáfrica) donde existen las primeras imágenes de hombres recolectando miel en colmenas naturales.
Para comprender los beneficios que nos ofrecen las abejas, tenemos que partir de las bases biológicas que permiten su aprovechamiento, y la apicultura, como cualquier ganaderia, no es más que la exacervación provocada de aquellos aspectos de la biología que más nos interesan.
Una colonia formada por castas.
La colonia de abejas está formada por tres castas. Las obreras y reinas son hembras diploides (con una dotación doble de cromosomas). La diferencia entre ellas viene dada por la alimentación. Mientras las larvas destinadas a ser obreras son alimentadas con jalea real en sus tres primeros días de vida y con polen y miel otros tres; hasta el momento de la operculación e inicio de la metamorfosis, las larvas de futuras reinas son alimentadas con jalea real durante los seis días de vida larvaria. La tercera casta, los zánganos, son machos haploides procedentes de huevos no fecundados. La alimentación de las larvas de zánganos sigue la misma pauta que las de futuras obreras.
Origen y evolución de las abejas domésticas
Vida Apícola nº 138: 44-52. 2006
Una persona que sea algo observadora fácilmente se da cuenta de que existen seres vivos muy diferentes, como pueden ser un árbol y un mosquito; pero también hay animales o vegetales muy parecidos entre si, por ejemplo una mosca común y un tábano.
Los taxónomos son científicos que dedican sus esfuerzos a clasificar los seres vivos en diferentes categorías que reciben la denominación de taxones. Pero ¿qué características utilizan estos científicos para clasificar en diferentes grupos a todos los animales?
Tradicionalmente estos investigadores han utilizado la forma del cuerpo como uno de los aspectos más importantes a considerar (buscan similitudes morfológicas para formar grupos de animales). Aunque la forma corporal sea un criterio preferente no es el único y los científicos buscan similitudes en otros aspectos de la biología de los animales, como son la fisiología o el comportamiento. El objetivo final de los taxónomos es ordenar la gran diversidad de organismos vivientes en diferentes grupos y mostrar las relaciones que existen entre ellos.
Las abejas y las avispas son insectos muy parecidos entre si, por lo que se deben de encontrar estrechamente emparentados. Cuando los animales son muy parecidos desde un punto de vista morfológico sabemos que hay que estudiar otras características para decidir si se colocan juntos en un solo grupo (el mismo taxón) o bien se separan en varios grupos diferentes (diferentes taxones).
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¡Cuidado con el pollo escayolado!
El Colmenar nº 84: 22-28. 2006. Archivo PDF.
Hace años que consideramos como superada la
enfermedad de la cría
de las abejas que conocemos
como pollo escayolado. Hasta
la llegada de varroa éste era
uno de los principales problemas sanitarios de nuestras
abejas pero, con la llegada del
parásito, la alarma que provocaba el pollo escayalado prácticamente desapareció.
La sensación de enfermedad
vencida se debe a razones
objetivas, pues en relación a varroa y a otras enfermedades emergentes como pueden ser las virosis, el pollo
escayolado suele generar
pocas pérdidas.
Por otra
parte, el incremento de la
necesaria vigilancia de las colmenas para controlar al parásito conlleva la detección de
otras enfermedades y la posibilidad de luchar contra ellas
en fases tempranas.
Pero, también existe una falsa
sensación subjetiva de que al
pollo escayolado no es necesario prestarle atención, por
las mismas razones de que las
pérdidas son relativamente
bajas. Lo que nos lleva frecuentemente a relajarnos en
las medidas de prevención.
Subsanar estos descuidos es
especialmente importante no
sólo para el control de esta
enfermedad, sino también
para el de otras más importantes con las que comparte
circunstancias comunes, como
puede ser la loque americana.
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Las abejas oriundas del Archipiélago Canario
El Colmenar nº 83: 25-33. 2006. Achivo PDF.
Los primeros habitantes de las Islas Canarias fueron los Guanches y no existen muchos datos fiables sobre este grupo étnico, por este motivo el origen y forma de vida de estas personas son temas bastante debatidos y se han planteado diferentes hipótesis para justificar diferentes líneas de razonamiento. Sin entrar en la controversia podemos afirmar que la hipótesis más aceptada la que propone un origen bereber, es decir, norteafricano.
El poblamiento de las islas se debió de producir en oleadas sucesivas. Una primera causa de estas oleadas de emigrantes pudo ser la progresiva desertización que se estaba produciendo en el Sahara, otra algo posterior pudo estar originada por el avance del Imperio Romano y la presión que ejercía sobre los pobladores del norte de África. Muchas tribus en esta época se desplazaron hacia la actual Mauritania.
Probablemente varios grupos bereberes alcanzaron las islas en sucesivas oleadas, estas personas llevaron sus animales domésticos (ej. cabras, ovejas, cerdos y perros) e introdujeron en las islas el cultivo del trigo, cebada y algarroba (arveja).
En relación a los animales domésticos introducidos en el archipiélago y la apicultura podemos realizar las siguientes preguntas: ¿conocían los Guanches las prácticas apícolas?, ¿introdujeron las abejas en las islas? En relación a este tema volvemos a tener una gran carencia de datos fiables y solamente disponemos de las crónicas que escribieron los primeros europeos que arribaron a las Canarias. Estos autores no reflejan en ninguno de sus escritos los posibles conocimientos apícolas de los Guanches.
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Tolerancia a varroa
El Colmenar nº 82: 41-46. 2006. Archivo PDF.
A pesar de los años transcurridos desde que
Varroa llegó a nuestras colmenas (mediados los
ochenta del pasado siglo),
sigue siendo un asunto sanitario capital para la apicultura
española. Es relativamente
frecuente ta falta de eficacia
de los productos que disponemos para luchar contra el
parásito, y qué decir del riesgo de que pudieran llegar a
aparecer residuos en alguna
partida de miel española, que
nos haría pagar un alto costo,
depreciándose nuestros productos y estigmatizando
nuestra apicultura.
Tampoco
tenemos que pensar que éste
es un problema particularmente nuestro, pues ta mayor
parte de la apicultura occidental se encuentra en condiciones similares.
Ante estas circunstancias, la
selección genética de abejas
tolerantes a varroa es ya algo
más que una esperanza y,
aunque en estos momentos
aún no aporta una solución
definitiva, sí se están produciendo importantes avances
que nos hacen ser optimistas. No obstante, el camino por
recorrer será largo antes de
que podamos prescindir del
tratamiento de las colonias.
Mientras tanto, podemos ir
ofreciendo algunos avances
de los resultados de nuestras
investigaciones: logros, problemas que surgen, las posibles soluciones y algunas
metadologías que pueden ser
transferidas a apicultores con
inquietudes que quieran
intentar su propia mejora.
En
cualquier caso, con la intención que nos guía de ofrecer
material práctico y accesible,
lo que mostramos es un resu
men, y quedamos a disposición de todo aquel que
requiera más información o
algún tipo de colaboración.
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Los relojes biológicos y la división de la labor en las abejas de la miel
El Colmenar nº 81: 20-27. 2006
Todos los seres vivos tenemos la capacidad de medir de una forma u otra el paso del tiempo. Esta capacidad está relacionada con la existencia de diferentes ritmos en la naturaleza, y un ejemplo claro de ritmo natural es la alternancia del día y la noche; otro también muy evidente en la latitud en la que vivimos es el paso de las estaciones.
Los dos ejemplos expuestos entran a formar parte de lo que podemos denominar cono ritmos externos a los seres vivos. Pero también existen ritmos internos asociados a nuestra biología, y que de una u otra forma se relacionan o sincronizan con los de tipo externo.
Una cuestión que a veces genera cierta confusión cuando se trata este tema, es la diferencia que hay entre ritmo y ciclo. Un ritmo es algo que se repite de forma regular, por ejemplo, los latidos del corazón. En cambio un ciclo es una cadena de acontecimientos que se producen en un determinado orden y que se repite, por ejemplo, la secuencia: primavera, verano, otoño, invierno constituye el ciclo de las estaciones.
Los ciclos y ritmos controlan en los seres vivos más actividades de las que en un primer momento podemos imaginar. En el caso de nuestra propia especie conocemos abundantes ejemplos: en estado de reposo nuestra frecuencia respiratoria y cardiaca son actividades rítmicas muy constantes. Varias funciones corporales se adaptan a un ciclo de 24 horas, como ejemplos podemos citar el patrón vigilia-sueño, la temperatura corporal o los niveles de varias hormonas. Todos ellos fluctúan siguiendo un ritmo diario, y los ritmos que tienen una duración aproximada de 24 horas reciben el nombre de circadianos.
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Termorregulación.
El Colmenar nº 80: 19-26. 2005. Archivo PDF.
No es raro que en los calurosos veranos aparezcan noticias sobre colmenas muertas asfixiadas. Las muy altas temperaturas a las que llegan a ser expuestas en los asentamientos al sol, la debilidad de las colonias o la falta de recursos como el agua necesaria para poder regular la temperatura en el interior comfluyen y llegan a provocar estas importantes mortandades. Conocer las bases de la termorregulación de las colonias de abejas y cómo podemos ayudarlas es básico y necesario para evitar un trágico final.
Termorregulación frio/calor.
Mantener una temperatura relativamente constante es un privilegio de pocas especies animales. En la actualidad, es potestad de mamíferos y aves. Pero, cómo no, una vez más nos sorprenden nuestras abejas, capaces de conseguir algo similar, no como individuos, sino en el conjunto de la colonia. De todos es conocido que las abejas son capaces de mantener relativamente constante la temperatura en la cámara de cría en un rango entre los 32 y 36 ºC, aunque la temperatura óptima se sitúa en torno a los 35 ºC. Esta temperatura sufre mayores fluctuaciones a medida que nos alejamos de la zona central de cría. No en vano, es la cría durante su desarrollo la que necesita mayor estabilidad.
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Una ojeada a las celdillas y al interior de los opérculos.
El Colmenar nº 79: 5-11. 2005. Archivo PDF.
En esta nueva entrega sobre temas de apicultura nos referimos a un aspecto de los panales al que, a pesar de estar presente en cada momento que pasamos con las colmenas, no siempre se le ha prestado la suficiente atención. Se trata de los opérculos de las celdillas. El estado de los opérculos ofrece una enorme información si aprendemos a aprovecharla, y ése es el propósito de este artículo. Una vez más, tratamos de poder llegar a todos, por lo que ofrecemos información de aspectos muy básicos, dirigida a los que comienzan en la apicultura, y otra más detallada, para los ya iniciados.
¿Cuál es el fin de los opérculos?
Parece claro que este fin es la protección de lo que albergan las celdillas, que unas veces será cría y otras miel. Recordar que las celdillas que contienen polen almacenado.no son operculadas. Esto nos lleva a la siguiente pregunta.
¿Por qué son operculadas las celdillas de cría y miel y no las de polen?
Es obvio en el caso de la cría, para la que el sellado de las celdillas ofrece un aislamiento relativo y una mayor estabilidad del ambiente donde han de producirse los importantes cambios que suponen la metamorfosis, pasando de un estado larvario con forma de gusano a la forma adulta, que emergerá abriendo el opérculo.
Este comportamiento es compartido con otros himenópteros sociales (otras abejas, abejorros y avispas formadoras de colonias estructuradas) y otros no sociales (abejas y avispas solitarias) que introducen en las celdillas el huevo y las reservas de alimentos para la alimentación de la larva, y se olvidan de ellas, por lo que necesitan sellarlas para evitar el acceso de enemigos y oportunistas.
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Evolución del comportamiento social de las abejas.
El Colmenar nº 78: 35- 45. 2005. Archivo PDF.
Los animales que viven en grupo necesitan desarrollar toda una serie de comportamientos sociales (normas o reglas) para relacionarse con sus congéneres. Estos comportamientos se manifiestan en todo tipo de actividades, como puede ser la búsqueda de alimento, la protección de las crías o la defensa colectiva frente a los depredadores.
Resulta bastante evidente que cuando hay varios animales vigilando a la vez, es más difícil que un depredador los pueda sorprender. Todos conocemos el dicho de que cuatro ojos ven más que dos. También es bastante evidente que si son varios los animales que están buscando comida a la vez, la probabilidad de encontrarla es mucho mayor que si realizan la misma labor de forma individual.
Podríamos seguir citando otros ejemplos en los que se muestran las ventajas de vivir en grupos, pero baste como ejemplo los que hemos podido ver en los numerosos documentales que sobre vida salvaje o silvestre, nos ofrecen diferentes cadenas de televisión.
Hasta ahora solo hemos hablado de ventajas, pero la vida en grupo también tiene inconvenientes. Como ejemplo podemos citar que hasta el mejor de nosotros ha tenido alguna vez en su vida algún problemilla con alguno de sus vecinos. Y si trabajamos con abejas… creo que algunos más.
En el párrafo anterior hemos expuesto una de las principales razones que generan problemas en los grupos, y que de una forma amplia podemos denominar como conflicto de intereses. Un animal solitario no se pelea con nadie, pero cuando hay que compartir recursos con otros animales comienzan a surgir los problemas.
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¿Por qué son tan útiles nuestras abejas en la polinización?
El Colmenar 77: 24-29.2005. Archivo PDF.
Aunque todavía sea muy ignorado a nivel general, entre los apicultores tenemos muy claro que el principal beneficio que ofrecen las abejas a la naturaleza y, en particular, al hombre, es la polinización.
De sobra es conocido entre nosotros que los beneficios de las abejas polinizando superan en veinte veces a la suma del resto de producciones de las colmenas, y ello sin considerar el enorme valor ecológico que esta polinización tiene: conservando y recuperando la cubierta vegetal y por ello evitando la erosión, conservando humedad en el suelo, protegiendo de las avenidas torrenciales, evitando la colmatación de pantanos, produciendo semillas y frutos que, además de favorecer la perpetuación de las especies de plantas, contribuyen a la alimentación de los animales, etc. Pero, ¿Qué hay detrás de la enorme eficacia de nuestras abejas en la polinización?
Nuestras abejas son politrópicas y a la vez fieles. Hay polinizadores que sólo visitan una especie de planta, se denominan polinizadores monotrópicos, y su relación con esa especie vegetal es tan exclusiva que la desaparición de uno suele conllevar la desaparición de la otra. Otros polinizadores visitan un grupo reducido de especies vegetales, y se llaman polinizadores oligotrópicos.
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