El Desarrollo Rural Hoy

Las áreas rurales en la EU-27 representan el 90% del territorio y el 54% de la población. Las zonas predominantemente rurales ocupan el 53% del territorio y el 17% de la población, si bien existen diferencias notables entre países.

Aunque la actividad económica tiende a concentrarse en las áreas urbanas, las zonas rurales generan el 42% del Valor Añadido Bruto en la UE-27 y proporcionan el 53% del empleo total, siendo estos porcentajes aún mayores en los nuevos estados miembros (74% y 83% respectivamente). Además de la localización de actividades económicas, en las zonas rurales también proporcionan actividades residenciales y de ocio.

La situación socioeconómica en las zonas rurales se caracteriza esencialmente por una baja densidad de población: como media de la UE-27 36 habitantes/km2, frente a 548 habitantes/km2 en las zonas urbanas, variando entre los 2 habitantes/km2 de la región Finís "Lapi" de Finlandia a 20.501 en la región Parisina.

El nivel de renta por habitante es entre un 28% y un 32% más bajo que en las zonas urbanas, siendo aún mayor en los nuevos estados miembros. La tasa de empleo es ligeramente más baja en las zonas rurales que en las urbanas (62% en las zonas predominantemente rurales frente al 65% del total de zonas). La tasa de desempleo es globalmente algo mayor en las zonas rurales, pero no es así en todos los estados miembros.

El sector primario (agricultura, caza, pesca y bosques), característico de las zonas rurales representa el 18% del empleo y el 5% del valor añadido de la UE-27 (29% y 9% respectivamente en los nuevos estados miembros), si bien cada vez depende más la actividad económica de las zonas rurales del sector servicios. Alrededor de 13,44 millones de personas trabajaban en el sector primario en 2005, lo que representa una media del 6,2% para la UE-27, variando desde un 1% en el Reino Unido a 33% en Rumanía.

La agricultura y lo forestal representan el 78% del uso del suelo en la UE-27, yendo desde el 50% en Malta al 95% en Polonia. La agricultura ocupa 172 millones de hectáreas en la UE-27 de las cuales el 60% está dedicado a cultivos herbáceos, 32% a pastos permanentes y 6% a cultivos permanentes, variando los porcentajes entre las diferentes regiones (países mediterráneos o nórdicos). Los bosques para madera cubren aproximadamente 126 millones de hectáreas y representan el 73% del total del área forestal. Tanto la agricultura como los bosques son sectores esenciales para el medioambiente y el paisaje de Europa. En efecto, la agricultura además del uso del suelo, la creación de paisaje, y el secuestro de carbono, es fundamental para la gestión del agua, a través de los diferentes sistemas de riego; los bosques protegen el suelo, mantienen los recursos de agua y sus ciclos, limpian el aire, estabilizan el clima local, conservan la biodiversidad, etc.

La agricultura y los frutos de los bosques son además la base de la industria agroalimentaria que representa una parte importante de la economía de la UE: alrededor de 5,1 millones de empleos (2,4% del total) y el 2,1% del PNB de la UE-27.

No obstante la importancia de estas actividades agrarias, el empleo que generan no ha sido suficiente para mantener un determinado volumen de población con un nivel de renta equivalente al de otras zonas, por lo que la diversificación de su economía va en aumento: 36% de los agricultores europeos tienen otra actividad además de la agrícola y el 82% del empleo y el 95% del valor Añadido en las zonas predominantemente rurales procede de sectores no agrarios.

En España, el medio rural, definido con los criterios de la OCDE [1], ocupa el 90% del territorio y en el habita el 52% de la población (predominantemente rurales, 45,8% y las intermedias, 40,1%) [2]. Su densidad de población es de 24,8 habitantes por km2 en las predominantemente rurales y de 35,5% en las intermedias. La producción de estos dos tipos de zonas representa más del 44% del valor Añadido Bruto Total, por encima de la media europea, (42%) y el de las zonas predominantemente rurales sólo el 10,6% con el 13,8% de la población. Con respecto al empleo, los dos tipos de zonas rurales representan el 46% del empleo total en España, siendo  este porcentaje en las predominantemente rurales del 11,8%. Además, es el espacio en el que se encuentran todos los recursos naturales y gran parte del patrimonio histórico-artístico-cultural de nuestro país.

El valor que las zonas rurales han adquirido en las últimas décadas en los países europeos queda bien reflejado en la importancia de las políticas elaboradas por la UE para el logro de su desarrollo. Los motivos son muy diversos desde los estrictamente económicos a los sociales y ambientales.

Así, en los años ochenta, estudios de la UE constatan que el desarrollo económico general que había tenido lugar en sus estados miembros no había eliminado el retraso socio-económico de muchas zonas rurales lo que había provocado importantes disparidades regionales en el nivel de vida, lo que ponía en peligro los objetivos de convergencia que pretende la UE para su Mercado Único, además de otros objetivos relativos al bienestar de toda la población y medioambientales.

La política de Desarrollo rural se ha generalizado en la mayoría de los países desarrollados y en especial en la UE donde hoy forma parte de la Política de Cohesión y de la Política Agraria Común.  En España además de aplicarse la política vigente en la UE, ha  aprobado en su parlamento la Ley para el desarrollo sostenible del medio rural (Ley 45/2007). En el preámbulo de esta Ley se establece que "España ha cubierto la ausencia de una política rural propia hasta el presente con la aplicación de reglamentos comunitarios, pero necesita dotarse de una legislación adecuada para le fomento del desarrollo de su medio rural, ya que en la nueva Europa del siglo XXI la política rural tiende a depender subsidiariamente de los Estados miembros".

La UE tiene una política específica para el desarrollo de las zonas rurales orientada a establecer un programa coherente y sostenible para el futuro de las zonas rurales europeas. Esta política ha ido evolucionando desde los inicios de los años noventa hasta el actual periodo 2007-2013 en el que el Desarrollo Rural se lleva a cabo a través de un solo Fondo (FEADER), de un sistema de gestión y control y de un tipo de programación, a fin de lograr tres tipos de objetivos: económicos (competitividad de la agricultura y los bosques), ambientales (mejora del medio ambiente y del paisaje) y territoriales mejora de la calidad de vida en las zonas rurales y diversificación de su actividad económica).

Se promueve el desarrollo de las zonas rurales de los estados miembros mediante estrategias innovadoras, mediante el enfoque bottom-up, (LEADER) y el partenariado público-privado que a lo largo de dos décadas se ha ido consolidando. En la UE existen también otras políticas, en especial las relativas al medioambiente, que afectan directamente al desarrollo de las zonas rurales.


  1. OECD (1994). Creating rural indicators for shaping territorial policy. Paris y Regions at a Glance, Paris, 2005.
  2. Fuente: Rural development in the European Union. Rapport 2008
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