La Fasciola hepatica es un parásito que afecta a animales y humanos, pero sobre todo a los rumiantes.
La infección causa pérdidas anuales de 3.200 millones a los ganaderos
Aunque no suele matar, produce daños importantes en el hígado.
Un grupo de investigación ha descubierto cómo consigue el parásito engañar a las defensas del animal para infectarlo.
Lo hace estimulando la presencia de una proteína llamada FOXP3.
Esa proteína manda señales falsas a las defensas y consigue que el parásito sobreviva dentro del animal.
Actualmente, para combatir este parásito, se utilizan fármacos que provocan residuos en los alimentos.
Entender este mecanismo podría mejorar la eficacia de futuras vacunas contra este parásito.