G.C. - E.L
Simplificar el diseño y reducir el uso de tintas. Dos instrucciones sencillas que podrían favorecer la seguridad alimentaria y en las que se basa el nuevo sistema de diseño de envases para alimentos propuesto por la investigadora del Campus de Excelencia Internacional en Agroalimentación ceiA3 en el Departamento de Química Analítica de la Universidad de Córdoba Mercedes Gallego tras un estudio sobre la transferencia de componentes del envase al alimento.
Las instrucciones preparadas por la profesora Gallego incluyen una reducción considerable de adhesivos, aditivos plásticos y tintas en las caras impresas del envase. Concretamente, el sistema diseñado por la investigadora del ceiA3 propone una fase de grabación solo en una cara expuesta al público con tres imágenes asociadas al alimento. La primera sería la marca, que, según recoge el estudio “irá preferentemente en negro o coloreada de acuerdo a las restantes figuras, centrada en la parte superior del envase”. La segunda sería una figura geométrica (elipse, circunferencia, cuadrado, etc.) “sin color de fondo o con fondo coloreado de acuerdo a una característica diferencial del alimento, que puede contener además letreros/dibujos, se situará a la izquierda debajo de la marca”. La tercera incluiría una figura simple relacionada con el tipo de alimento que contiene el envase preferentemente del mismo color a las figuras anteriores y situado a la derecha debajo de la marca.
Según la propuesta de Mercedes Gallego, investigadora con una amplia trayectoria científica en análisis de contaminantes, la superficie impresa de la cara principal no debería exceder del 25-35% de la superficie de la cara de mayor área del envase y el resto, en blanco. El sistema propone incluso prestar especial atención a la selección del color, desde el uso de tonos más claros en referencia a una serie de características saludables (ecológico, natural, mayor valor nutricional/dietético, funcional, etc.) a más oscuros si presentan características diferentes. Toda la información relacionada con las indicaciones recogidas en las normativas (ingredientes, conservación, fecha de caducidad, atención al cliente, códigos, símbolos, etc.) “se rotulará preferentemente en los laterales y fondo o áreas más estrechas del envase” y la información adicional (publicidad, recetas, controles, acciones solidarias, etc.) “se incluirá preferentemente en un código QR o 2D”.
El procedimiento completo ha sido registrado en la Oficina de Transferencia de Resultados de la Investigación (OTRI) de la Universidad de Córdoba y pretende contribuir al cumplimiento de la normativa europea sobre envasado.
Según explica la profesora Gallego, “uno de los puntos clave en la elaboración de alimentos es el envasado. La aplicación de los nuevos requisitos legales de la UE constituye un gran reto para la industria del embalaje y la decoración del producto en los próximos años. No será fácil conseguir y garantizar la conformidad legal con los materiales actuales destinados a entrar en contacto con los alimentos”. En este sentido, Gallego aclara que la migración es la cesión de alguno de los componentes de la película en recubrimiento al medio con el que está en contacto y subraya que “el cartón reciclado tiene el peligro de la presencia de sustancias químicas procedentes de las tintas, adhesivos, ceras, impermeabilizantes, blanqueantes a base de cloro, etc. La tendencia será que los envases que consuman un exceso de recursos e innecesariamente complicados se percibirán como obsoletos en comparación con los envases respetuosos con el medio ambiente”.