Desde los efectos cuánticos hasta la expansión del universo, los protagonistas fueron acortando las distancias (medidas siempre en años luz) ante un público que hacía de juez absorto. Tras poner sobre la mesa las cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza: interacción nuclear débil, nuclear fuerte, electromagnética y gravitatoria y cómo unas actúan en ‘lo grande’ y otras en ‘lo pequeño’, los combatientes físicos desgranaron la poesía del brillo de las estrellas y cuáles son las fuerzas responsables de ello.
Golpe bajo para el ‘somos polvo de estrellas’ convertido en el ring en un menos romántico ‘somos residuos de estrellas’. Como contraparte, el número de la Bestia (666) quedó convertido en el número de la vida que define el carbono con sus 6 electrones, 6 protones y 6 neutrones.
Cuesta usó de sparring al alumnado de Física que, protagonizando un vídeo, explicaron una de las teorías sobre las que descansa la astrofísica: la teoría de la Relatividad. Mientras, Fernández Borja se ayudó de ‘la tabla periódica de los físicos’ en la que muones, piones o bosones (caracterizados como superhéroes) fueron usados para evidenciar interacciones cuánticas.
Las distancias se acortaron tanto hasta llegar a la decisión unánime de la necesidad de una teoría que unifique relatividad y cuántica, que debería ser válida para explicar escenarios como el del Big Bang.
En la cuenta atrás para el final, el público entregado planteo escenarios como un final de la humanidad patrocinado por el estallido de una supernova o la posibilidad de escapar de un agujero negro utilizando el efecto túnel. Golpes finales de los que los protagonistas volvieron a salir triunfales en esta actividad encuadrada dentro de la Semana de la Ciencia y que forma parte del V Plan Anual de Divulgación Científica de la Universidad de Córdoba, que coordina la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación con la colaboración del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT).