El cuento que narró ayer Paloma Pizarro durante la primera sesión del 'Primavera Science Festival' podría pasar por un relato siniestro de ficción, si no fuera porque ocurrió (y ocurre) en realidad, desde tiempos Aristotélicos hasta la más rabiosa actualidad.
Explicó la divulgadora conocida en redes como Ciencia Anachronica que en el presente hay "cinco veces más estudios sobre disfunción eréctil, que afecta al 19% de los hombres, que sobre el síndrome premenstrual, que tiene repercusiones en el 90% de las mujeres". El dato no es casual, al igual que tampoco lo es el hecho de que los síntomas del infarto femenino sean mucho más desconocidos que los masculinos (a pesar de ser la primera causa de muerte en ellas). Tampoco responde a la aleatoriedad que hasta 1993 las mujeres quedaran prácticamente al margen de los ensayos clínicos, o que incluso hoy en día estos estudios sigan sin ser paritarios.
Todos estos fenómenos responden a un hecho común, son las consecuencias del 'hombre normal', o, dicho de otro modo, de que el varón haya sido el modelo de ser humano por defecto desde tiempos inmemoriales. La respuesta, como casi siempre, puede encontrarse en la Historia.
En poco más de media hora, sobre el escenario del Café Málaga, la divulgadora Paloma Pizarro, doctora en Microbiología y Biología Molecular, compactó casi 25 siglos de anatomía en los que durante buena parte de ellos diseccionar el cuerpo femenino fue un asunto tabú, dejando, así, enormes huecos en el conocimiento anatómico de la mujer.
Si bien hubo avances importantes, como los perpetrados por Metrodora (autora del texto médico más antiguo conocido escrito por una mujer) o siglos más tarde por Anna Morandi Manzolini, conocida por su talento para realizar figuras de cera en las que se copiaba al detalle la anatomía humana, los hallazgos relevantes en este campo fueron sólo excepciones, explicó Paloma Pizarro.
"Incluso ya entrado el siglo XIX muchos de los esfuerzos por entender la anatomía femenina fueron una herramienta política, un intento de búsqueda de pruebas biológicas para reforzar la idea de que la mujer se tenía que quedar en casa", destacó la divulgadora. Durante este siglo, explicó, una parte de los diagnósticos se basaron en la supuesta incapacidad de la mujer para controlar sus emociones. La histeria, en definitiva, como comodín, un mantra que no se eliminaría del manual de trastornos psiquiátricos hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX.
Junto a Paloma Pizarro, también subieron al escenario las bailarinas Isabel Márquez Molleja y Ana María Rubio Tejeredas, alumnas de los másteres universitarios de Psicología Aplicada a la Educación y Bienestar Social y de Educación Inclusiva, respectivamente.
La segunda sesión del 'Primavera Science Festival', que trata de aunar divulgación, ciencia y arte, disciplinas a menudo interconectadas, tendrá lugar el próximo 17 de abril. Será el turno de la escritora Estefania Cabello, que ofrecerá un recital poético, y el divulgador David Galadí, quien hablará del trío de eclipses solares visible desde la Península Ibérica que se producirá durante los próximos años.
Ciencia en el bar. Una décima de segundo, actividad que inspira el Primavera Science Festival ‘24, es una acción contemplada dentro del X Plan Anual de Divulgación Científica de la Universidad de Córdoba, diseñado por su Unidad de Cultura Científica y de la Innovación, aprobado por Consejo de Gobierno y cofinanciado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.