Un equipo de investigación de la Universidad de Córdoba diseña una técnica para fabricar moldes antiadherentes alimentarios.
Esta nueva fórmula es más sencilla y más barata.
Hasta ahora los moldes se fabrican en grandes talleres y luego pasan a empresas especializadas para recubrirlos con antiadherentes. Así podremos cocinar bizcochos sin que se peguen al molde.
Este proceso sólo es rentable cuando se fabrican varios miles de moldes iguales.
La nueva técnica desarrolla moldes a partir de chapas metálicas recubiertas con antiadherente.
El método consiste en deformar a la vez la chapa metálica recubierta de teflón y una chapa de PVC.
Un punzón con punta redondeada va deformando poco a poco las dos chapas hasta alcanzar la forma deseada.
El punzón se mueve según las instrucciones de un ordenador.
Se trata de un nuevo sistema con una importante repercusión socioeconómica porque facilita la apertura de nuevos negocios. Además permite que cualquier taller mecánico amplíe su actividad.