La relevancia de esta vía, una de las calzadas más amplias del toda la Hispania romana, reside en que por ella se organizaba el comercio de todo el mineral que Roma extraía de la comarca de los Pedroches y el Alto Guadiato en época romana.En concreto, por ella circulaba el cobre cordobés de Cerro Muriano y del Alto Guadiato -famoso en la Roma del siglo I. d. C-, la plata y el plomo de las minas de Los Pedroches o el preciado mercurio y minio de las minas de Almadén. Se trata de la vía que permitió, como dicen los textos clásicos, que la tierra de Córdoba “nunca dejase de ser de oro” y la que ayudaría a explicar el destacado desarrollo urbano de Mellaria, por donde transcurría en dirección Lusitania.
Todas esas mercancías se reorganizaban en Córdoba desde donde se embarcaban con destino a Roma, aprovechando la navegabilidad del río Baetis. De este modo, Córdoba actuaba de verdadero centro intermodal de comunicaciones. Según apuntael director del proyecto de investigación Alto Guadiato Arqueológico-Ager Mellariensis de la UCO, Antonio Monterroso Checa, “la capital de la Bética nunca hubiera sido tan rica sin esta vía de comunicación, verdadero cauce de riqueza y administración de la mayoría de su territorio, la Sierra, que estuvo articulado así por uno de los viarios económicos más importantes de toda la Hispania Romana y, sin duda, el primero de toda la Bética”.
Monterrosoexplica que de esta vía romana sólo se conocían varios tramos muy bien conservados, entre Cerro Muriano y Córdoba. Según detalla, fue el profesor de la UCO Enrique Melchor quién había detectado otros sectores más en La Granjuela, El Vacar o Espiel.Sin embargo, no se conocían los tramos, kilométricos y perfectamente conservados, que ha dejado a la luz el embalse de Puente Nuevo, en el término de Espiel, o algunas readaptaciones de la vía en épocas posteriores en el de Sierra Boyera, entre Peñarroya-Pueblonuevo y Fuente Obejuna, que han detectado los investigadores que integran este proyecto, financiado con fondos Feder por el Programa de I+D+I orientada a retos para la Sociedad 2016 del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad.
Los tramos montañosos en el descenso de Cerro Muriano a Córdoba, o los de la zona del Castillo de El Vacar, tienen 4 metros de ancho máximo. Sin embargo, los nuevos tramos documentados en Puente Nuevo llegan a tener hasta doce metros de ancho, ocho metros para la superficie de tránsito y dos más, a cada lado, para los bordillos y cunetas. La composición del firme se realiza mediante un elevado terraplén terrizo sostenido por muros laterales teniendo un firme de grava como superficie final de rodadura, lo que permite a la vía seguir un recorrido rectilíneo aislándola de arroyos e impidiendosu encharcamiento. Por tanto, en las zonas más llanas del valle del Alto Guadiato podían circular carros en doble dirección, haciendo más seguro y ágil el tránsito de las mercancías que por ella discurrían.
El director de este proyecto indica que el hallazgo de esta calzada romana entre Córdoba y Mérida “hace justicia con la suma importancia que el Alto Guadiato y Los Pedroches tuvieron para Córdoba y Roma en la Antigüedad. Fueron dos territorios estratégicos, directamente administrados por las oligarquías de la Córdoba romana en tutela de la administración imperial”. A juicio de este experto, “si Córdoba tuvo los monumentos que tuvo fue porque por esta infraestructura le llegaba más riqueza que a ninguna otra ciudad de la Andalucía romana”.
El Proyecto Alto Guadiato Arqueológico-AgerMellariensis cuenta con la autorización de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivirpara proceder al estudio de estos tramos documentados.
Antonio Monterroso Checa; Massimo Gasparini., "Aerial Archaeology and Photogrammetric surveys along the roman way from Corduba to Emerita. Digitalizing the ager Cordubensis and the ager Mellariensis", en SCIRES.IT. 2016-2, pp. 175-188. DOI: http://dx.doi.org/10.2423/i22394303v6n2p175.