Este documento surgió a partir del encuentro internacional celebrado en la Universidad de Jaén a finales de abril y la posterior reunión entre los expertos de la Red ProEm para debatir sobre los aspectos surgidos. Se trata de un trabajo elaborado por investigadores especializados en salud mental y otras áreas pertenecientes a la Universidad de Jaén, que lidera la red, la Universidad de Córdoba, del País Vasco, la Miguel Hernández, Deusto, Rovira i Virgili, Autónoma de Madrid, Almería, la UNED, la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Coimbra (Portugal), así como profesionales de instituciones clínicas y de salud comunitaria como la Associació Centre d’Higiene Mental Les Corts o el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga. Además han participado también colectivos de orientadores como la Confederación de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de España o el Equipo Técnico Provincial para la Orientación Educativa y Profesional de la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía, y de usuarios como la Asociación Española de Ayuda Mutua contra la Fobia Social, Trastornos de Ansiedad o la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés o la Federación Estatal de lesbianas, gais, trans y bisexuales.
La Universidad de Córdoba es miembro de esta red y cuenta con la participación en la misma del investigador del Área de Psicología, Juan Antonio Moriana, que asistió al encuentro internacional.
El componente del equipo de investigación EI_CTS3 de la UJA y responsable principal de la red, Luis Joaquín García, explica que “los trastornos emocionales en los jóvenes son un problema de salud pública y no sólo por las consecuencias o impacto negativo que suponen sobre la calidad de vida, el bienestar y desarrollo de los propios jóvenes, sino por los costes socio-económicos y sanitarios que ello supone”. Señala que “pese a ello, la investigación sobre el diagnóstico y tratamiento de estos trastornos, la promoción de la salud y el bienestar emocional y la prevención de los trastornos mentales, aún está marcada por la fragmentación derivada del trabajo mayoritariamente aislado y parcelado que desempeñan los diferentes profesionales e investigadores”.
Ese contexto es el que impulsó a ProEm a promover una mayor colaboración entre los diferentes agentes implicados: investigadores y profesionales de la salud mental y de otras disciplinas, así como los propios jóvenes, familias, legisladores, con especial interés de aquellos que se relacionan o son parte de minorías en potencial riesgo psicosocial. Derivado de esa necesidad, emerge este documento con la finalidad de conseguir que el trabajo, el conocimiento y la experiencia de cada uno de estos agentes puedan tener más impacto y reconocimiento, así como una mayor aplicabilidad y garantía de éxito en el objetivo final perseguido: la mejora del bienestar emocional y la salud mental de los jóvenes.
El trabajo de investigación ha permitido detectar siete carencias: la pobre alfabetización de la salud y bienestar emocional del adolescente, la identificación tardía de los problemas mentales en las escuelas y herramientas poco adecuadas, la falta de recursos y de coordinación entre diversos actores y regiones en el ámbito del bienestar y salud emocional, la excesiva medicalización de la salud mental y sus costes asociados, la carencia de políticas de salud y bienestar emocional, unido a un presupuesto insuficiente, la falta de sensibilización con determinados grupos en situación de vulnerabilidad y minorías sociales, y un aumento de los malos hábitos en los jóvenes y uso abusivo de las nuevas tecnologías de la comunicación.
Para intentar darles solución, los miembros y colaboradores de la red ProEm han elaborado una serie de prioridades y recomendaciones que recogen en dicho informe. “Queremos lanzar un mensaje de la necesidad de incrementar la alfabetización en salud mental, aumentar el personal especializado en salud mental en los centros educativos, formar a los profesionales educativos y de atención primaria, así como aumentar el presupuesto para implementar políticas de salud mental, desarrollar una red de salud más eficiente y fomentar la investigación para identificar sus factores de riesgo, promover la salud mental y desarrollar intervenciones eficaces y eficientes”, enumera Luis Joaquín García.
Una vez publicado el informe, el objetivo de la red es continuar involucrando en su difusión a todos los actores implicados y desarrollar nuevos grupos de trabajo interdisciplinares para llevar a la práctica las acciones propuestas en este proyecto que se inició en 2016 financiado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, la Agencia Estatal de Investigación y Fondos FEDER, bajo la Red de Excelencia PSI2015-70943-REDT y la Red de Excelencia PSI2017-90650-REDT.