La aplicación de fertilizantes nitrogenados en exceso tiene consecuencias negativas para el medioambiente, como se ha visibilizado recientemente con el desastre medioambiental ocurrido en el Mar Menor. Maximizar la eficiencia de absorción de nitrógeno es, por tanto, un objetivo para reducir la cantidad de fertilizantes de nitrógeno aplicado.
En el caso concreto del cultivo del olivar, el balance del ciclo del nitrógeno es positivo, es decir, el olivo no necesita la adición de nitrógeno porque lo recicla utilizando el que está presente en el aire, el agua o la materia orgánica que se va incorporando a su suelo. De hecho, la sobrefertilización con nitrógeno del olivar provoca más perjuicios que beneficios: disminuye la calidad del aceite y aumenta la sensibilidad a enfermedades como el repilo.
Para concienciar sobre esta temática y profundizar en el conocimiento de la toma de nitrógeno por parte de estos cultivos, el equipo del grupo de Arboricultura liderado por el catedrático de la Unidad de Excelencia María de Maeztu – Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba (DAUCO) Ricardo Fernández Escobar decidió analizar la diferencia en la eficiencia de absorción de nitrógeno de distintos cultivares de olivar y la relación de esta con el tipo de suelo. Esta eficiencia mide la cantidad de nitrógeno que incorpora la planta en relación con la cantidad de nitrógeno aplicada.
“Se iniciaron varios experimentos en condiciones controladas y comprobamos que hay diferencias en la toma de nitrógeno dependiendo de la variedad. Precisamente las variedades españolas más importantes y extendidas como picual, arbequina y manzanilla de Sevilla resulta que son las más eficientes a la hora de incorporar el nitrógeno” explica el profesor Fernández Escobar, quien lleva tres décadas investigando en nutrición del olivo.
Para conocer estos resultados, se llevaron a cabo dos grupos de experimentos. Por un lado, se compararon 20 cultivares diferentes y por otro, las interacciones con el tipo de suelo. Del primer grupo se extrajo que las tres variedades españolas más extendidas en la actualidad (picual, arbequina y manzanilla de Sevilla) junto con la griega koroneiki y la italiana frantoio son las más eficientes en la toma de nitrógeno, mientras que, del segundo grupo de experimentos, se pudo determinar que el tipo de suelo no influye en la mayor o menor eficiencia a la hora de tomar este nutriente. Este trabajo permite conocer que ocurriría en condiciones de campo.
La sobrefertilización con nitrógeno tiene consecuencias negativas validadas como la disminución de polifenoles y, por tanto, el empeoramiento de la calidad del aceite; la contaminación de aguas subterráneas (hasta el 75% del nitrógeno aplicado se pierde con el agua); la mayor susceptibilidad de la planta a enfermedades como repilo y verticilosis: y el aumento de costes para el agricultor. Esto, unido a que el olivo tiene un ciclo de nitrógeno positivo y no tiene necesidad de fertilización hace que este trabajo redunde en la idea de que la aplicación de nitrógeno suele ser innecesaria en el olivar, más aún si se trata de alguna de las cinco variedades estipuladas como las más eficientes a la hora de adquirir el nitrógeno.
Los análisis foliares y la determinación del estado nutricional de la explotación ayudan a conocer qué necesita el cultivo y en qué momento, para así poder administrar exactamente la cantidad necesaria de los nutrientes requeridos y, con investigación y transferencia, alcanzar una agricultura de precisión más respetuosa con el medioambiente.
Fernández-Escobar, R.; Antonaya-Baena, F.; Almeida-Lavado, S. (2021) Nitrogen Uptake Efficiency of Olive Cultivars. Horticulturae, 7, 136. https://doi.org/10.3390/horticulturae7060136