En los años 70 los Sotos de la Albolafia no existían. Una mala gestión agrícola aguas arriba que produjese altas tasas de erosión y la desaparición del pastoreo en la orilla del río son dos elementos que pueden haber contribuido a la aparición de este monumento natural, representante de la biodiversidad del río y hábitat de gran parte de la avifauna de la ciudad.
Con este y otros ejemplos sobre cómo la intervención humana en el paisaje puede, también, tener efectos positivos comenzó la segunda sesión de Cienciaficcionados, la tertulia literaria en torno a novelas científicas que organiza la Unidad de Cultura Científica de la Universidad de Córdoba. El profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes (ETSIAM) Ángel Lora contrapuso estos ejemplos al mundo sin árboles que propone Ursula K Le Guin en su distopía "El nombre del mundo es bosque", novela elegida para hilar la conversación de este Cienciaficcionados.
Es, de hecho, este universo sin árboles el que más alejado le parece al investigador de Ingeniería Forestal, "no me creo una Tierra sin árboles; sin árboles, la vida sería difícilmente posible en la Tierra". Y es que los árboles, de los que afortunadamente hay muchos, hacen por la humanidad un trabajo muy importante: si no estuvieran cambiaría la cantidad de suelo que se puede retener, aumentaría exponencialmente la erosión, se colmatarían muchos cauces, la temperatura subiría y se reduciría la fijación de CO2. Para Lora "sería difícilmente entendible un planeta sin árboles".
La investigación desarrollada hasta hoy día permitiría un desarrollo sostenible, con un uso responsable de los recursos que evite la desaparición de biodiversidad de especies y paisajes, alejando así el mundo sin árboles con el que la autora ganadora de 8 Premios Hugo y 6 Premios Nébula advierte en su novela.
La cuestión que se preguntaba el público, tanto en la sala de El Astronauta como en la sala virtual de la retransmisión en directo del evento es ¿cómo hacer que la humanidad ame los árboles? Las estrategias posibles para crear esa conciencia medioambiental en la que la sociedad se aleje de esa soledad de la especie de la que hablan algunos filósofos y tome conciencia de la importancia de la biodiversidad para el desarrollo de la vida se fueron alternando en la conversación con el paseo por los árboles que, afortunadamente, pueblan la ciudad de Córdoba.
Cienciaficcionados continuará con su tercera sesión anual el próximo 30 de marzo en el restaurante El Astronauta, en la que el investigador del Departamento de Biología Celular, Fisiología e Inmunología Miguel Ruiz hablará de la novela Ecos', de Víctor Conde.
Esta actividad está incluida dentro del VIII Plan Anual de Divulgación Científica de la Universidad de Córdoba que cuenta con la colaboración de la Fundación para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) del Ministerio de Ciencia e Innovación.