La imagen del científico rodeado de probetas y microscopios aún perdura en una parte del imaginario colectivo. Pero esta fotografía no hace justicia a toda la diversidad de personas que en su día a día trabaja en ciencia: personal investigador cuya herramienta de trabajo no son tubos de ensayo o placas de petri, pero que emplea igualmente el método científico para confirmar o refutar hipótesis que contribuyen al avance del conocimiento.
Esta fue una de las principales conclusiones del encuentro celebrado ayer en el Bar el Limbo, una actividad con la que la Noche Europea de los Investigadores continúa su recorrido por Córdoba y que estuvo dedicada a un grupo concreto de personal investigador: aquel que hace la ciencia lejos de un laboratorio al uso.
Siete grupos de investigación de la Universidad de Córdoba mostraron la contribución de las Humanidades y las Ciencias Sociales al conocimiento científico y la capacidad que tienen sus investigaciones de mejorar un mundo en que los compartimentos estancos cada vez tienen menos cabida, y en el que los enfoques multidisciplinares se revelan como la solución para resolver problemas reales.
Porque, tal y como ayer se puso de manifiesto, las Humanidades y Sociales pueden ser la llave para mejorar la inclusividad del profesorado, para entender cómo los productos culturales modelan la percepción social sobre la precariedad o discapacidad, o incluso para comprender cuáles son las necesidades informativas que demandan los pacientes de cáncer durante el tratamiento oncológico. Debido a estas disciplinas, es posible entender cómo la arquitectura y el cine se influyen mutuamente, cuáles son las mejores obras gramaticales para enseñar el castellano o cómo traducir fielmente un libro del Siglo de Oro cargado de erratas para que llegue a la actualidad con el espíritu con el que fue concebido.
El encuentro contó con la de las investigadoras Ingrid Cobos, Adela González, Noemí Rubio, Victoria Aranda, Tania Padilla, Cristina Gámez y del investigador Juan Carlos Varo. La actividad, promovida por la Unidad de Cultura Científica de la Universidad de Córdoba, cerró con un coloquio en el que el público planteó algunos temas de actualidad: La necesidad de invertir más fondos públicos en investigación, el empeoramiento de la salud mental o los efectos perniciosos de la cultura de la inmediatez fueron algunos de los asuntos tratados, temáticas sobre las que las Ciencias Humanas y Sociales, aquellas que se hacen sin bata, tienen mucho que aportar.
Promotores de la actividad
La Noche Europea de los Investigadores es un proyecto de divulgación científica promovido por la Comisión Europea dentro de las Marie Skłodowska-Curie Actions and Citizens del programa Horizonte Europa, coordinado en Andalucía por la Fundación Descubre con financiación de la Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades.
Conforman el consorcio las Universidades de Almería, Cádiz, Córdoba, Granada, Huelva, Jaén, Málaga, Pablo de Olavide y Sevilla, ocho centros del CSIC (la Casa de la Ciencia, el Instituto de Astrofísica de Andalucía, la Estación Experimental del Zaidín, el Instituto de Estudios Sociales Avanzados, el Instituto de Parasitología y Biomedicina López-Neyra, la Escuela de Estudios Árabes, el Instituto de Agricultura Sostenible y la Estación Experimental de Zonas Áridas), el IMGEMA-Real Jardín Botánico de Córdoba y la Fundación Pública Progreso y Salud a través de Genyo y el Biobanco del Sistema Sanitario.
Paralelamente, Radio Televisión de Andalucía, el Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA) y la Agencia Andaluza del Conocimiento son socios estratégicos del proyecto y colaborarán estrechamente en su desarrollo.