Esta guía, en la que ha participado un grupo de más de 30 expertos formado por médicos e investigadores canadienses, norteamericanos y europeos, muchos de ellos pertenecientes al Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) del Instituto de Salud Carlos III, está coordinada por profesionales del IMIBIC y se ha publicado en la revista norteamericana NutritionReviews. El documento, denominado “Guía práctica sobre recomendaciones de estilo de vida para la prevención y tratamiento del síndrome metabólico”, se centra en la necesidad de seguir un modelo global de dieta saludable, una vida activa y eliminar los hábitos tóxicos, como el alcohol y el tabaco.
La utilidad de esta guía es que ofrece a las personas con síndrome metabólico consejos claros, seguros y factibles para que la utilicen como herramienta para mejorar su salud, pues se presta especial atención a aquellos aspectos relacionados con el estilo de vida que tienen mayor importancia y que pueden ser modificados directamente por el ser humano (la actividad física, el consumo de tabaco y alcohol y el patrón de alimentación). De esta manera, se pretende actualizar los nuevos conocimientos sobre la relación del síndrome metabólico con el riesgo de padecer diabetes y enfermedad cardiovascular y proporcionar al médico una herramienta sencilla para trasladar dichos conocimientos a la práctica clínica, definiendo unas líneas de actuación sencillas para ser transmitidas a los pacientes y favorecer la prevención.
Las personas que tienen simultáneamente varios factores de riesgo cardiometabólico, incluida la obesidad abdominal, la glucosa en sangre elevada, la presión arterial alta, los triglicéridos aumentados y los niveles de colesterol HDL reducidos son susceptibles de padecer síndrome metabólico. Concretamente, cuando en una misma persona se dan tres o más de estos cinco factores, se considera que padece este síndrome.
Esta patología se asocia con un aumento de cinco veces en la prevalencia de la diabetes mellitus tipo 2, y de tres veces en el desarrollo de la enfermedad cardiovascular, por lo que se ha convertido en un problema de salud pública en todo el mundo, ya que una persona que tenga síndrome metabólico va a tener menor calidad de vida y mayor riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular.En la actualidad, un tercio de la población adulta padece síndrome metabólico, siendo la comunidad andaluza una de las que mayor tasa presenta. Habría que destacar que se suele asociar a la obesidad, pero no todas las personas obesas sufren esta patología.
Los autores de esta guía, liderados por los doctores Pablo Pérez Martínez, Dimitri P. Mikhailidis, Emilio Ros Rahola, Francisco Pérez Jiménez y José López Miranda, concluyen que la práctica regular de ejercicio físico, mantener un peso saludable y seguir una dieta sana como la mediterránea, “es fundamental para retrasar o prevenir la aparición de diabetes y reducir la posibilidad de accidentes cardiovasculares en personas con síndrome metabólico”.