El sector olivarero es uno de los más importantes en la cuenca mediterránea a nivel económico y social. Sin embargo, la aparición de enfermedades como Xylella Fastidiosa o los efectos derivados del cambio climático pueden poner en jaque a este cultivo. El uso de variedades poco conocidas y/o la obtenciónde nuevas variedades, resistentes a plagas y enfermedades y resilientes ante los estreses abióticos como efectos del cambio climático que, además, cuenten con producciones óptimas y aceites de calidad se plantea como solución a estos retos.
En términos de mejora genética, para obteneruna variedad resistente a una enfermedad pero que sea buena productora o que tenga alto contenido de aceite hay que cruzar una variedad que se sabe que es resistente a la enfermedad en cuestión y otra que tiene mucho contenido en aceite. Para ello, hay que conocer las variedades en profundidad y aquí es donde reside el problema: se explotan sólo un 5% de las más de 1.200 variedades de olivo del mundo y, por tanto, hay muchas variedades que estudiar que, quizás, tengan la llave para hacer frente a enfermedades o estreses.
En este contexto nace el proyecto GEN4OLIVE, financiado por la Unión Europea dentro de la Convocatoria Horizonte 2020 y coordinado por la Universidad de Córdoba a través de la profesora de la Unidad de Excelencia María de Maeztu – Departamento de Agronomía (DAUCO) Concepción Muñoz Díez. En GEN4OLIVE se busca tener a punto tanto técnicas como conocimientos sobre variedades tradicionales. “Algo así como poner la mesa para que en el futuro sea más fácil y rápido obtener variedades nuevas de olivo que respondan al cambio climático, a existencia a plagas y enfermedades, etc.” explica la profesora de la UCO Concepción Muñoz, coordinadora del proyecto.
Un consorcio de 16 socios del arco mediterráneo que incluye a universidades, centros de investigación y pymes de 7 países diferentes, coordinados por la UCO, trabajarán durante 4 años con el objetivo de facilitar la mejora genética del olivo para mantener la estabilidad del sector.
Durante el primer año de trabajo se ha establecido un protocolo común de evaluación para analizar de manera homogénea 500 variedades de olivo mediterráneo y que, de esta manera, sean comparables. Este protocolo contempla el análisis de la respuesta a estreses abióticos y bióticos de cada una de las variedades a analizar, pero también los caracteres agronómicos como la productividady la calidad del aceite. Por tanto, el próximo paso será evaluar esas 500 variedades obtenidas de los 5 bancos de germoplasma del olivo que participan en el proyecto: el Banco Mundial de Germoplasma del Olivo de Córdoba junto con los bancos de Marruecos, Turquía, Grecia e Italia las cuales aportan muchas variedades locales.
En cuanto a nuevas tecnologías, también se implementarán nuevas herramientas de mejora y poner a punto nuevos marcadores genéticos que permitan seleccionar plantas idóneas en pocos meses sin tener que esperar a que la planta crezca.
Un mapa de variedades silvestres
Aunque el corazón del proyecto es la evaluación de estas variedades cultivadas, otro de los objetivos es crear un mapa del olivo silvestre, es decir realizar la evaluación y prospección de este pariente del olivo cultivado y hacer una colección de semillas que recoja su diversidad genética y pueda ser conservada en una institución capaz de cuidar y regenerar esa colección, poniendo en valor la diversidad genética de la especie.
En sintonía con el sector
La involucración del sector en el proyecto es esencial para poder responder a sus necesidades. Por eso, en los inicios del proyecto se consultó a agricultores y viveristas acerca de qué características consideran más importantes en las nuevas variedades o qué problemas necesitan resolver. Además, para fomentar el trabajo conjunto “se han abierto dos convocatorias en cascada que buscan incentivar a las empresas que se incorporen a los programas de mejora del olivo y el desarrollo de nuevas tecnologías para acelerar el proceso de mejora genética a través de la financiación de proyectos ideados por las empresas”, señala el investigador de la UCO y responsable de la gestión del proyecto HristoforMiho.
Dentro del proyecto también se analiza la interacción de la variedad con el ambiente, usando para ello 30 variedades que son comunes en los 5 bancos de germoplasma situados en distintos países del arco mediterráneo. Esto permite comparar cómo se comporta cada variedad en relación con las condiciones climatológicas de cada país.
Por último, todos los resultados del proyecto y el mapa genético de las variedades estarán disponibles en una aplicación informática que permita el reconocimiento de variedades de manera que agricultores, viveristas y cualquiera de las partes interesadas pueda acceder al catálogo de información de variedades generado por GEN4OLIVE. Así, mediante la transferencia, el mapa genético del olivo mediterráneo contribuirá a resolver las problemáticas presentes y futuras del olivo en el mediterráneo.
El proyecto GEN4OLIVE- “Mobilization of Olive GenResthrough pre-breedingactivities to facethefuturechallenges and development of anintelligent interface to ensure a friendlyinformationavailabilityforendusers” (H2020-IA-SFS-2020-101000427) está financiado por la Unión Europea a través de la convocatoria H2020-IA-SFS-2020.
Este reportaje es parte del proyecto “CONSOLIDA-UCO”, ECT2020-000810, financiado por MCIN/AEI/10.13039/501100011033 y por la Unión Europea “NextGeneration EU”/PRTR”.