Purificación Alarcón, Juanjo Martínez, Carmen Beato y Cristina Pérez (de izquierda a derecha), creadores del mundo virtual
Estar presente en congresos científicos no sólo permite a los científicos hacer públicos sus resultados de investigación, sino que también son una herramienta para hacer contactos profesionales que permitan desarrollar nuevas colaboraciones. Sin embargo, acceder a estos eventos académicos no es una tarea sencilla especialmente para los jóvenes investigadores. Uno de los problemas que más comúnmente se encuentra esete colectivo es que la inscripción y el viaje a congresos suelen ser costosos para quienes empiezan sus carreras científicas. Un entorno virtual creado en la Universidad de Córdoba pretende paliar este déficit y permitir todas las ventajas de estar presente en un congreso, pero desde el ordenador del trabajo. El mundo, poblado por avatares y con todos los espacios típicos de un congreso, está siendo sometido a prueba en la asamblea general de la división de Suelos de la Unión Europea de Geociencias, que reúne a 14.000 científicos en Viena y en el ciberespacio.
Diseñado por algunos alumnos del Máster Interuniversitario en Representación y Diseño de Ingeniería y Arquitectura de las universidades de Córdoba, Almería y Málaga, la herramienta ha sido desarrollada a coste cero con dos fines. El primer objetivo es que sirva para que jóvenes investigadores puedan presentar sus comunicaciones orales en la asamblea. En este sentido, 17 científicos que trabajan en materias como la evolución del suelo, la erosión eólica o técnicas innovadoras sobre degradación de suelos, han hecho uso del mundo virtual con el fin de dar a conocer sus trabajos a investigadores sénior. Los investigadores proceden de cuatro continentes diferentes, y de países como Brasil, China, España, Estados Unidos, Italia, Kenia, Países Bajos y Siria. A través del uso de un mundo virtual (parecido, por ejemplo, a Second Life), los ponentes tienen la posibilidad de presentar sy trabajo y entrar en un discusión científica con los las personas que están en Viena o conectadas desde sus respectivos laboratorios. “Facilita el encuentro intergeneracional”, resume desde Viena Encarnación Taguas, profesora de la Universidad de Córdoba, y secretaria de la subdivisión de Suelo de la Unión Europea de Geociencias.
El encuentro, que tiene lugar desde el 12 hasta el 17 de abril, permite que hasta quince avatares presenten de forma simultánea en una sesión sus trabajos científicos ante un auditorio de unas docientas personas, lo que multiplica la difusión de las comunicaciones. También permite enriquecer la conversación, puesto que el ponente puede ofrecer enlaces y otros materiales adjuntos a los asistentes que participan de forma virtual en su charla.
El segundo objetivo de este proyecto es servir de puerta de acceso al mercado laboral a los alumnos de posgrado. Tras la prueba piloto del entorno virtual creado en Córdoba, el equipo de trabajo pretende participar ahora en un proyecto europeo de innovación que permita transferir esta creación al entorno empresarial.
El mundo virtual
El ambiente inmersivo, que es como se conoce técnicamente a este entorno virtual creado por ordenador, ha sido creado en la plataforma OpenSim. Con el soporte del técnico informático Sebastián Castillo, de la Universidad de Málaga, los alumnos Carmen Beato, Juanjo Martínez, Cristina Pérez y Purificación Alarcón han desarrollado un espacio que consta, entre otros elementos, de una zona de pósteres interactivos, un auditorio, zonas comunes, pasillos de acceso y hasta una cafetería virtual. El mundo tiene actualmente 8.000 objetos diferentes, desde lámparas y cojines a las paredes de las estancias o las banderas de los países participantes en la asamblea. No obstante, los creadores disponen de una biblioteca de unos 17.000 objetos para personalizar más la isla, que es como se llama el espacio de trabajo, y trabajan en la creación de otra más para continuar el proyecto tras la reunión científica en Viena.
El primer contacto de la Universidad de Córdoba en la creación de mundos virtuales fue a través de un proyecto de colaboración internacional denominado Proterritorio, de una red iberoamericana de desarrollo territorial para el aprendizaje. Fruto de esta experiencia surgió la posibilidad de colaborar con la Unión Europea de Geociencias.