Macho cabrío (Capra aegagrus hircus) del catálogo de sementales gestionado por la Universidad de Córdoba
El uso de sementales ha supuesto un gran progreso para la ganadería. Los machos seleccionados portan en sus genes rasgos valorados por los productores y los transmiten a su descendencia. En el caso de la cabra murciano-granadina, a través de un programa de gestión genética, se ha duplicado la capacidad de producción lechera en los últimos años. Se consiguen actualmente en más del 20% de las hembras seleccionadas más de 1.000 kilos de leche por lactación en cada cabra frente a los 450 kilos de la situación previa. Sin embargo, la selección artificial tiene un inconveniente: reduce la variabilidad genética y puede producir el efecto contrario al deseado, la producción ganadera puede verse estancada. Un equipo de investigadores de la Universidad de Córdoba ha estudiado los efectos de la consanguineidad en esta raza caprina, muy extendida en el sudeste de España, y ha determinado que el programa de mejora está ofreciendo beneficios sin riesgos inminentes de mermas productivas en el horizonte debido al parentesco.
No en vano, es posible que la tortilla de la selección genética se dé la vuelta y en vez de obtener beneficios a la hora de escoger la descendencia, se alcancen pérdidas. Una excesiva dependencia de un número reducido de machos reproductores puede conllevar cabañas menos diversas y menos productivas. En Italia, existe una raza autóctona de oveja llamada altamurana, actualmente en peligro de extinción. El excesivo uso de los mismos sementales en los apareamientos redujo al final la producción de leche y, con ello, el interés de los pastores.
“En el caso de la cabra murciano-granadina disfrutamos actualmente de los efectos positivos de una selección consanguínea”, afirma Juan Vicente Delgado, del Departamento de Genética de la Universidad de Córdoba. El equipo científico que coordina ha perfilado el pedigrí de casi 12.000 cabras de la raza en un extenso trabajo de campo. La muestra supone cerca del diez por ciento de las cabezas registradas en el libro genealógico controlado por la Federación Española de Criadores de Caprino de Raza Murciano-granadina, Murcigran. En cada animal se calculó el coeficiente de consanguineidad para determinar la depresión endogámica del programa de selección, ese reverso tenebroso de los cruzamientos.
El estudio registró además los efectos de factores no genéticos sobre la producción total de leche, de grasas, de proteína y otros factores. Para realizar este trabajo, el grupo de la UCO diseñó un test específico y encontró la colaboración de la Universidade Federal Rural de Pernambuco (Brasil), especializada en el cálculo del pedigrí. Los resultados han sido publicados recientemente en la revista científica Small Ruminant Research.
Delgado explica que la incidencia de la depresión endogámica “se incrementa en poblaciones pequeñas”. No es el caso de la cabra murciano-granadina, en la que se estiman que existen unas 500.000 reses en España. Además, es una raza cosmopolita que representa a España en el mundo. Se pueden encontrar ejemplares en el norte de África, Francia, Grecia, Brasil o Méjico.
Nacida de la unión de dos razas previas, la murciana y la granadina (de ésta aún existen pequeñas poblaciones), la raza murciano-granadina es apreciada por su capacidad de producción lechera. El grupo PAIDI-AGRI-218 de la Universidad de Córdoba dispone de un laboratorio de ADN y de un registro de germoplasma de esta variedad. Además, realiza evaluaciones periódicas a nivel genético y ha desarrollado el programa de mejora con un catálogo anual de sementales para Murcigran.
C.A.S. Deroide, L.A. Jacopini, J.V. Delgado, J.M. Léon, L.H.A. Brasil, M.N. Ribeiro. ‘Inbreeding depression and environmental effect on milk traits of the Murciano-Granadina goat breed’. Small Ruminant Research. Volume 134, January 2016, Pages 44–48