Este profesor ha centrado su conferencia titulada ‘Nec decus auriferae cessavit Corduba terrae. Córdoba, el aprovisionamiento de minerales para Roma y el desarrollo de los municipios cordubenses de la Beturia Turdula’ en las vías de comunicación, el aprovisionamiento de minerales, su traslado a Roma, la contaminación, la deforestación y el surgimiento de los municipios de la jurisdicción cordobesa. Dicha jurisdicción en época romana incluía prácticamente la mitad sur de la provincia de Badajoz, casi hasta Mérida, toda la tierra de Almadén en Ciudad Real y parte de la provincia de Jaén hasta Andújar. De este modo, Córdoba se quedó, en su jurisdicción, todas las minas y de ahí la riqueza de sus familias y su imagen urbana.
Según Monterroso, “Córdoba no fue tierra de olivos, fue tierra de industria minerometalúrgica. Basta ver la provincia de Córdoba en la antigüedad, el Conventus Cordubensis, para comprender que para los romanos, Córdoba fue Sierra y Valle entre el Guadalquivir y el Guadiana. Ese era el recurso que hizo ser la más grande a nuestra capital”.
Este congreso se desarrolla hasta el próximo sábado y en él participan expertos de diferentes universidades de todo el mundo como la Universidad Heigdelberg, de Gierben o de Lisboa, entre otras.