Su sabor agradable y sus propiedades beneficiosas para la salud la han posicionado como una de las frutas más populares. El mercado mundial de la fresa, rica en antioxidantes y vitamina C, superó en 2016 los 9 millones de toneladas y según el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), España es el principal productor de la Unión Europea de este alimento, cuya producción mundial es liderada por China y Estados Unidos.
Ahora, un grupo de investigación de la Universidad de Córdoba (UCO), en colaboración con el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA-ARS), ha identificado un nuevo gen implicado en el tiempo de floración de esta fruta. Según explica la investigadora responsable del proyecto en la UCO, Patricia Castro, hay algunos genotipos de fresa que producen frutos solo una vez al año, mientras que otros florecen varias veces a lo largo de un periodo de tiempo más prolongado y por tanto el ciclo de producción de fresas es más extenso. Comprender cómo se regula y se hereda este carácter es fundamental para incrementar la eficiencia de los programas de mejora.
Precisamente, la investigación, publicada en la revista BMC PlantBiology, ha estudiado los mecanismos genéticos responsables de que algunas variedades de esta fruta tengan un periodo de floración más largo. Para ello, han cruzado diferentes genotipos de fresa y han analizado como segrega el carácter en sus descendencias. También han caracterizado todos los genotipos con marcadores moleculares asociados con dicho carácter.
Hasta el momento, tal y como señala la investigadora Patricia Castro, se pensaba que solo había un gen responsable de que las fresas tengan un periodo más largo de floración. Ahora, y a tenor de los resultados obtenidos, el estudio ha concluido que, además de este último, hay, como mínimo, otro gen más implicado en el proceso.
Aunque aún no se ha podido aislar esta secuencia de ADN -para ello será necesario desarrollar otro estudio posterior-, la investigación ha podido determinar que dicho gen actúa como supresor, es decir, suprime la capacidad de la planta de tener un tiempo mayor de floración. “Hemos observado que algunas de las familias analizadas presentan el perfil molecular correspondiente al de genotipos de floración prolongada y, sin embargo, solo florecen una vez debido a la implicación de este gen”, señala la investigadora.
Una nueva puerta para la mejora genética
El hecho de haber demostrado que hay más de un gen implicado en este proceso de floración de la planta supone “que la forma de abordar la mejora genética será diferente”, destaca Patricia Castro. Por el momento, el hallazgo arroja más conocimiento sobre el mecanismo de fructificación de una de las reinas de las denominadas frutas del bosque, pero aún queda por delante el desarrollo de nuevos marcadores moleculares que permitan identificar el material vegetal con el carácter deseado y, así, desarrollar variedades de esta planta de forma más eficaz.
El objetivo: alargar el periodo de producción y comercialización de una fruta de gran interés comercial, que tradicionalmente ha anunciado la llegada de la primavera pero que cada vez con más frecuencia podría formar parte del menú durante el resto del año.
Referencias:
Lewers K.S., Castro P., Hancock J.F., Weebadde C.K., Die J.V., Rowland L.J. Evidence of epistaticsuppression of repeatfruiting in cultivatedstrawberry. BMC PlantBiologyvolume 19, Articlenumber: 386. Published: 05 September 2019. Doi : 10.1186/s12870-019-1984-7
Lewers K.S., Castro P., Hancock J.F., Weebadde C.K., Die J.V., Rowland L.J. Evidence of epistaticsuppression of repeatfruiting in cultivatedstrawberry. BMC PlantBiologyvolume 19, Articlenumber: 386. Published: 05 September 2019. Doi : 10.1186/s12870-019-1984-7